Campi: "Tato es uno de los culpables de que yo sea humorista"

Entrevista

El día después de su notable imitación de Tato Bores en ShowMatch, el actor habla de su felicidad, de porqué decidió imitarlo, y cuenta su alegría por recibir un llamado de felicitación de los hijos del inolvidable humorista. Mirá el video.

Gran imitación de Campi de Tato Bores en ShowMatch.

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• Juan Tomás Erbiti

Por un instante, como en una máquina del tiempo, Tato Bores volvió a la pantalla de El Trece. A diecinueve años de su muerte, el querido humorista y presentador se hizo presente en el cuerpo y alma del genial Martín Campilongo. Sucedió anoche, en ShowMatch (Canal 13), en el marco de una nueva ronda de ritmo libre, donde los participantes pueden elegir el tema y la coreografía que deseen. 

Clarín habló con Campi el día después de su notable imitación en clave homenaje al gran Tato. Esa que arrancó con un monólogo de su autoría -hace cuatro años que escribe y dirige su unipersonal en el Multiteatro- donde no faltaron ironías hacia los tres principales candidatos a presidente: Scioli, Macri y Massa; siguió con una coreografía que Bores bailó en uno de sus programas; y cerró con la inolvidable canción de protesta hacia la jueza Servini de Cubría ("la jueza buruburubudía").

Aún sorprendido y sensibilizado por las repercusiones, el humorista cuenta las razones de este tributo y cómo se preparó para estar a la altura de las expectativas.  

¿Por qué elegiste a Tato para el ritmo libre y qué sensaciones te generó homenajearlo? 

A mi me parece obligatorio que pase esto. Hay gente que no debemos olvidar, dejar en el pasado. Y pasó lo que yo quería que pase, muchos pibes se enteraron quién fue Tato Bores, por ahí no entendieron nada lo de ayer pero se metieron en Internet a ver quién era. Y por el Twitter me di cuenta de que llegué a mi meta. Era esa, mantenerlo vivo. Tato es como Olmedo, Mercedes Sosa, no podemos guardarlos en un cajón. Y cuando tengo una posibilidad, abro ese cajón y trato de sacarlos, así los chicos lo recuerdan.

¿Fue una decisión tuya o de la producción de ShowMatch? ¿Cuánto influyó él en tu carrera como humorista? 

Se le ocurrió a Denise (Dumas, su mujer), y enseguida me enganché. Tato a mi me encanta de toda la vida. Enseguida visualicé en mi cabeza todo lo que vieron ayer en el estudio. Nos juntamos con Vero Pécollo, la coach, aceptó lo que yo había pensado y armó esa coreo que es una coreografía original de Tato que ayer al aire se insinuó en la pantalla de atrás. Tato es uno de los culpables de que yo sea humorista.

¿Cómo fueron las repercusiones?

Hace un rato me llamó Alejandro Borensztein y me escribió Marina (sus hijos). Ahí se completó mi alegría porque a mi me interesaba que ellos lo tomaran bien. Estaban felices e impresionados con lo que había sucedido. Así que estoy chocho de la vida. 

Hablemos del monólogo. ¿Aggiornaste uno de Tato a éstos tiempos o es una creación propia?

Tenía la posibilidad de elegir un monólogo suyo de cuando se terminaba el gobierno de Alfonsín y el candidato oficialista era Angeloz. Si yo le cambiaba los nombres y lo ponía hoy, calzaba a la perfección. Lo empecé a ensayar pero luego decidí hacer el mío porque me gustaba esto de imitarle la pluma a (Aldo) Cammarota, a (Santiago) Varela, sus guionistas. Como yo escribo, me interesaba homenajearle la pluma, tratando de no ofender a nadie. Por suerte tuve felicitaciones de las cuatro esquinas de la calle. Me llamaron periodistas de distintos medios, gente de tal o cual partido. Está bueno eso. Porque el final del monólogo era eso. Estamos todos en la misma, en el mismo gallinero. El dólar blue nos sale lo mismo a todos.

¿Te dieron ganas de hacer humor político en televisión? 

En la tele es complicado hacerlo. Yo hago humor político en el teatro. En este espectáculo (Campi, el Unipersonal), el primer monólogo es un taxista hablando de política. Y yo cierro todas las noches con la misma frase que terminé el monólogo de ayer: “Estamos en el mismo gallinero, todos poniendo huevos”. 

¿Por qué decís que es complicado trasladarlo a la televisión? 

Es más complicado por las líneas editoriales, porque la gente se puede ofender. No todos tienen sentido del humor. Hablo de los políticos, y por añadidura, de la gente. Es una ley transitiva.