Pepe Soriano: “Ahora tengo un ego de 3%”
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El favorito de ¡ExtraShow!.A los 86 años, el actor habla de la vejez y también de la paternidad. “Si me aplauden, es que me están diciendo Te quiero”.
“La nona”, “La laguna dorada”, “Visitando al Sr. Green”. Su nueva obra, “El padre”. En los últimos años fue convocado sólo para historias de vejez. ¿No lo cansa?
Para nada. Sólo tengo palabras de agradecimiento. Es un milagro llegar a tener 86 años y que se me convoque respetuosamente. ¿A qué loco se le ocurre agarrar a un tipo de 86 y ponerlo en un escenario? Es paradójico: estamos provocando que la humanidad dure más años, pero no damos posibilidades de que los mayores sean útiles. Lo malo es que no tenemos garantía de trabajo para todos los actores. Cada día tenemos más. La Argentina va a ser un país de actores. Nadie va a ir más a un estreno, porque todos van a estar ensayando (se ríe).
En un punto, ¿eso no es negativo para una sociedad? Miles que no quieren ser científicos o enfermeros...
Las personas han encontrado un lugar espiritual maravilloso en la actuación, así como millones lo encontraron en la religión. Pero las sociedades van planteando sus propios límites. En un momento determinado, cuando yo era joven, la gran tarea parecía ser la del psicoanálisis, explosión de psicólogos. ¿Sabés cuántos teatros hay ahora? Más de 700 entre Capital y GBA. La alegría es que hoy tenemos mejor calidad de actores que nunca. La actividad encontrará su techo en algún momento.
Va a protagonizar una obra (“El padre”, de Florian Zeller) sobre el Alzheimer, el deterioro, el olvido. ¿Tiene miedo del ir olvidándose? ¿De qué le gustaría olvidarse?
Ya me voy olvidando. No escapo a la regla. Ya me acuerdo más cosas del pasado que de hoy. Quisiera olvidarme de muchas equivocaciones mías y algunas traiciones de otros. Es difícil llegar a tener bondad, sentirse buena persona auténticamente. Yo siento que lo logré, que soy buena gente, sirvo a mi país con honestidad.
Teniendo en cuenta que ahora en cada ensayo ahonda en el tema paternidad, ¿usted fue mejor padre o mejor hijo?
Mejor padre. Porque he dedicado mucho tiempo a mis tres hijos. Tengo dos grandes, 55 y 53 años, viven en España. He tratado de ser lo menos loco posible. Como hijo, en cambio, tuve que hacerme un poco solo. Mamá murió cuando yo tenía 12 y la pérdida de ella fue terrible para él, nunca se recuperó.
¿Piensa en esa injusta cuestión de que un actor popular de TV puede llegar a cobrar cinco, diez veces más que un médico de hospital?
Es un tema que excede a la Argentina. El mundo comunista terminó y se convirtió en capitalista. A mí no me pagan por lo que valgo. Me pagan por lo que puedo vender. El tema pasa por la necesidad del sistema capitalista. Yo estoy lleno de preguntas. Nos metieron en una globalización consumista brutal. Cuando éramos chicos, muchos de nosotros éramos pobres y no teníamos ni vergüenza ni bronca por eso.
¿Cómo fue su proceso de recuperación del cáncer?
Dicen los médicos que yo quería vivir. Estuve muy mal. Fue hace diez años. Hice rayos. El doctor Chacón me salvó. La enfermedad me hizo crecer. Tengo la familia que quiero, la esposa que quiero, la profesión que quiero. Vivo en la casa en la que nací. Y quiero todavía que me aplaudan, porque cuando me aplauden me están diciendo “Te quiero”.
¿Qué análisis hace del cambio de Gobierno?
Nací muy cercano a la pobreza y sigo reivindicando eso. Si a eso le quieren poner nombre: que le pongan lo que quieran. Lo pueden llamar comunismo, socialismo, peronismo. Estoy al lado del necesitado. Desde SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes, de la que es presidente) trabajo para los otros con la mayor honestidad. Y trabajé honestamente ante cualquier Gobierno. No quiero más peleas en el país. Tendremos que tomar contacto con el presidente electo (Macri) para que se continúe con la gestión de nuestra entidad.
Si pudiera medir en porcentajes su ego hoy, ¿en cuánto estaría?
Mi ego hoy está en un 3%. Tuve un gran ego cuando empezaron a reconocerme, pero ya está. Cuando dicen qué vanidoso tal, hay que pensar que se está emborrachando con todo lo que le dicen. Esperá a que crezca y se le pase. A mí todo me fue templando. Ya siento la sensación de finitud. Se acaba.
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