Brilló el Ballet del Sodre, dirigido por Julio Bocca


En Buenos Aires
La compañía comandada por el argentino se presentó en el Teatro Coliseo.
El Ballet del Sodre de Uruguay, que desde 2010 dirige nuestro compatriota Julio Bocca, visitó el viernes y sábado Buenos Aires por tercera vez en seis años. Esta compañía, que brilló en el Teatro Coliseo, fue creada en 1935 pero durante el último largo período estaba prácticamente inactiva. Bocca la hizo renacer creando un nuevo elenco de bailarines y dando un impulso extraordinario a un repertorio nuevo y muy diversificado. Gracias a este impulso, el Ballet del Sodre creció fenomenalmente, tanto en convocatoria de nuevos públicos como en repercusión internacional.
El programa que trajeron a Buenos Aires tuvo esa heterogeneidad propia de las grandes compañías de ballet del mundo y que también caracteriza al Ballet del Sodre. A saber: una obra contemporánea del inmenso coreógrafo checo Jiri Kylian y estrenada por el Nederlands Danse Theater en 1991; una obra flamante -de 2015- de un joven creador argentino radicado en Alemania, Demis Volpe; y dos piezas ultra académicas: el pas de deux de El corsario y una suite de Don Quijote, ambas de Marius Petipa y recreadas en el primer caso por Anna-Marie Holmes y en el segundo por dos grandes ex primeros bailarines del Teatro Colón, Silvia Bazilis y Raúl Candal.
El programa abrió con Petite Mort de Kylian, una coreografía bellísima sobre música de dos conciertos para piano de Mozart. Kylian dijo hace muchos años que todas sus obras giraban en torno al erotismo y la muerte. Petite Mort es en francés la manera de nombrar el orgasmo y también es “morir un poco”. No hay ninguna literalidad en esta obra pero sí una “reverberación erótica”.
One and Others, de Volpe, revela también en parte su juventud: tiene sin duda un buen oficio coreográfico y la posibilidad de desarrollar una idea formal, como la de la primera parte. Pero luego parece perder el rumbo con agregados no enteramente necesarios. El muy lindo dúo final devuelve interés a la obra aunque temáticamente no tiene demasiada relación con el resto.
Muy bien las piezas académicas, bien interpretadas y muy satisfactorias para el público. Un detalle que vale la pena mencionar: al terminar la función, la primera bailarina María Riccetto invitó a Bocca a saludar junto con la compañía. Clamor entre los espectadores. Pero Bocca se retiró a los pocos segundos y no volvió a salir. Un gesto apreciable de delicadeza y discreción.

te puede interesar

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jorge Rojas fue papá: "la familia feliz y agradecida por este milagro de la vida"