La emoción de Guillermo Pfening, premiado en Nueva York

Entrevista exclusiva

Ganó por su papel en Nadie nos mira, de Julia Solomonoff. Rodada en Nueva York, aquí estrena el 18 de mayo.

Selfie. Con Willem Dafoe, que fue jurado. Emocionado, Pfening tropezó en el escenario.

Pablo O. Scholz

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"Estuvimos festejando hasta altas horas...”, dice un aún adormecido Guillermo Pfening desde Nueva York. Y lo que vive a las 15 horas de Nueva York es casi un sueño: ganó como mejor actor en la Competencia internacional del Festival de Tribeca, el que creó Robert De Niro en 2002 en respuesta al ataque terrorista del 11/9 un año atrás.

Nadie nos mira es el título ciertamente contradictorio del filme de Julia Solomonoff por el que el cordobés de 38 años obtuvo el premio más importante de su carrera. “Me dejé llevar por la ola”, musita al recordar por las fiestas, bares y locales de hip hop por los que pasó las últimas horas hasta el amanecer.

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“Me pasó algo loquísimo”, arranca, pero no habla de anoche. No ahora. “Como a mi personaje, Nicolás, que llega desde la Argentina a Nueva York con la promesa de filmar una película mexicana, que se va retrasando y termina trabajando de niñero, sin papeles, yo llegué aquí para rodar con Julia, y tenía otra película en coproducción con Italia. Bueno, la productora italiana desapareció”. Y al actor de Wakolda no le quedó otra: “Tuve que alquilarme una piecita en el Bronx durante un mes. Acá todo es muy caro”, parece recordar.

Ya había trabajado con Solomonoff en El último verano de la Boyita, y aquí la coprotagonista es Elena Roger. Rodada casi en su totalidad en Nueva York, de agosto a diciembre de 2015, Pfening cuenta que “Nico llega huyendo de un amor con un productor de TV argentino (Rafael Ferro), vive un gran proceso de reconstrucción de su ser, de su corazón. Está muy quebrado y lo único que quiere es olvidarse de aquel amor y no se permite por nada del mundo regresar a Buenos Aires. Sería un fracaso para él y a los ojos de todo el mundo”.

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“Antes de la primera proyección de Nadie nos mira, me crucé en el baño con Willem Dafoe, que era jurado junto a Peter Fonda, y le dije que yo actuaba en la película que iba a ver. Cuando terminó la proyección me llamó, me dio un abrazo y me dijo ‘No actuás, sos el protagónico’. Imaginate, yo los admiro a ambos”. Pasaron los días, y “como los organizadores de los festivales les avisan a quienes ganan, y no nos avisaron, dijimos: ‘No avisaron, chau’. Pero les avisaron a los que venían de otros países, y no podían regresar, para que mandaran un video. Nosotros nos quedamos todo el festival”.

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¿A quién agradeció? “Al festival, al Jurado, a Julia por ser tan generosa conmigo, escribió un personaje al que un actor pude sacarle jugo, a mis amigos , a toda la gente que hace cine en la Argentina y a Nueva York por todo lo que me dio”.

Anteanoche, al escuchar su nombre, “salí corriendo al escenario, me tropecé, Dafoe me abrazó y después me hice una selfie ahí arriba.” Todavía no bajó.