Locos por las series: el fanatismo traspasa las pantallas tucumanas


Los bares se transforman en salas de cine, las plazas en arenas de combate y las calles son invadidas por los zombis.

Hace 12 Hs 4 68
Las luces se apagan poco a poco hasta que solamente la pantalla alumbra las 60 mesas dispuestas en frente. Masticando, un joven se esfuerza para que el ruido de su tenedor no interrumpa la función que está por comenzar. Las charlas se extinguen cuando aparecen las primeras escenas del capítulo de Game of Thrones, la serie de la que todos hablan, que el domingo finalizó su séptima temporada al aire.
Los fanáticos hasta hace poco tenían sólo dos opciones: pagar el codificado de HBO o esperar al lunes para piratear el capítulo del día anterior. Desde el 10 de julio eso cambió: durante siete semanas “Mala Bar” transmitió los episodios de la serie el día de su estreno. “Las entradas se agotan el mismo día que posteamos en Facebook, nunca imaginamos una respuesta así”, confiesa César Jorrat de la agencia de comunicación del bar. Todo empezó como una broma: “les dije a mis compañeros que si pasábamos el capítulo el domingo no nos lo íbamos a perder, podíamos trabajar y verlo”, ríe Sofía Llabra, que trabaja como bartender.
Aplausos, risas, enojo, llanto... Los fanáticos no se contienen cuando se trata de los personajes que conocen desde hace siete años. Paulina Salinas deja caer un par de lágrimas frente a la pantalla, entre indignada y angustiada. “Se vive cada domingo como si fuera un partido. Estamos todos unidos por una misma pasión”, explica. Para Nataly Palacios es como ir al cine. “Es muy bueno porque todos estamos en la misma onda. Con los personajes que uno se lleva bien o mal, es una tensión en el ambiente”, explica. Gonzalo Díaz Daniela Góngora dejan sus hijos en casa de los abuelos para asistir cada domingo a la cita que aseguran se ha vuelto “sagrada”; no han faltado un solo día.
El éxito de Game of Thrones no es un hecho aislado. El número de fanáticos de series y películas ha crecido geométricamente en los últimos años. Las plataformas on line para su consumo se han diversificado: Amazon, HBO GO, YouTube, Netflix son sólo algunas de las ofertas en la web. Con más de 100 millones de usuarios en todo el mundo, Netflix ha revolucionado el consumo del entretenimiento.
En Latinoamérica, Argentina se posiciona en tercer lugar con más de 500.000 suscriptores. En Tucumán el fanatismo por las series y las películas no para de crecer. En 2012 se realizó la primera Feria Medieval en la provincia demostrando que los fanáticos por la fantasía estaban en todos lados. En 2015 se realizó el Mercado Medieval y en agosto de este año tuvo lugar el primer “Concilio del Norte” del cual participaron más de 20 grupos entre artistas, artesanos y fanáticos.
Madre de dragones
A los tucumanos el mundo medieval les ha quedado chico. Desde hace casi una década han proliferado toda clase de eventos que agrupan a estos “locos por las series”: el Tinta Nakuy, Mundo Animé, la Zombie Walk, el Star Wars Café, por nombrar sólo algunos. Ya no es raro cruzarse con un stormtrooper, con Khaleesi o con un miembro de la Comunidad del Anillo.
Daenerys, la Madre de los Dragones, por ejemplo, también vive en la provincia. De peluca rubia, lentes de contacto azules, un prendedor de dragón y el vestido de la última temporada, Diamela Castilla Orozco se pone en la piel de uno de los personajes principales de Game of Thrones. Confiesa que el traje le da seguridad. “La gente se te acerca con muy buena onda y te sentís un poco el personaje”, indica. No es un trabajo fácil, requiere investigación, esfuerzo y dinero. Las piezas son confeccionadas artesanalmente y no sólo hace falta saber de costura, también de escultura y pintura. Castilla Orozco no está sola. La acompaña desde hace nueve años el grupo Smial Ered i Kalain de la Asociación Tolkien Argentina, filial Tucumán. Juntos asisten a eventos aquí y en otras provincias, arman cosplays, atavíos, artesanías y buscan difundir la obra del creador del Señor de los Anillos, J.R.R. Tolkien. “Hubo un avance enorme en los últimos años, la gente es más abierta y lo acepta más y las redes sociales ayudaron a que las personas que hacemos esto cada vez seamos más”, dice.
El mundo fantástico se escapa de las pantallas y no para de crecer en nuestra provincia: se suman los bares, los quinchos se transforman en santuarios, los parques se vuelven arenas de combate y las calles de Tucumán se llenan de zombis. Es como vivir una serie, pero sin las cámaras y con tonada tucumana.

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