Hallan parte de un sable del siglo XVIII y lo donan a la Provincia


Dos amigos acompañaron la pieza desde Burruyacu hasta la Dirección de Patrimonio. Loable actitud ciudadana.

Hace 2 Hs 2 213
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TESORO. El modelo se llama “de estribo” por la forma del guardamano. la gaceta / fotos de Analía Jaramillo
Desde ayer los tucumanos somos depositarios de un nuevo fragmento de nuestra historia, de esos que -como destacó Mauricio Guzman, presidente del Ente Cultural- la tierra nos devuelve para armar el rompecabezas de nuestra memoria. Todo empezó hace un par de semanas, cuando el médico tucumano Sergio Toledoestaba de cacería con unos amigos, en una finca de la zona de Requelme, en Burruyacu. “Mientras almorzábamos, en la casa de la finca, vi que medio tirada por ahí y oxidada, había una empuñadura de sable”, cuenta Toledo.
“¿Te interesa? Para mí es chatarra?”, cuenta que le dijo el dueño... y Toledo se volvió a casa con un tesoro. Se lo mostró a su colega Fernando Kozameh, y él terminó de convencerlo de que era valioso. “Si quieres, lo llevo al Museo Histórico, que me queda cerca”, le dijo a su amigo Kozameh (sanitagueño y tucumano por adopción), y Toledo agarró viaje.
Kozameh cumplió su promesa, pero en el museo le explicaron que debía llevarlo a la Dirección de Patrimonio, del Ente de Cultura, y así lo hizo. “Lo pusimos en manos de Osvaldo Díaz, arqueólogo del organismo, él nos confirmó la sospecha: es un pieza muy valiosa y, por la zona donde fue encontrada, ¡puede haber sido de un oficial del Ejército del Norte!”, cuenta entre emocionado y admirado Toledo.
“La pieza donada es un sable de Caballería, y es probable que haya formado parte del arsenal del Ejército del Norte, y haya sido usado en alguna de las batallas libradas para lograr la independencia”, cuenta Díaz. “El próximo paso será reunirnos con historiadores especialistas, pero sabemos que la ruta en ese tiempo cruzaba por la zona de Requelme, así que es bastante probable la hipótesis”, añade. Los ojos se le iluminan de pronto y añade: “¡qué bueno que ellos pudieron entender que estos hallazgos hay que comunicarlos de inmediato! ¡Ahora el sable es de todos!”.
EMOCIONADOS. Toledo y Kozameh, después de haber donado el sable.
El futuro de la historia
“Tenemos que hacer un poco de investigación, pero la idea es que vaya al Museo Sanmartiniano de La Ramada. En cuanto supimos que lo donaban, pusimos en marcha las ideas para recibirlo como se merece”, añade Díaz, y se permite soñar: “actualmente el Ente sólo tiene el área de reserva, para preservar las piezas. Pero sería un gran avance complementarla con un laboratorio para tratamiento integral de bienes arqueológicos, históricos y paleontológicos. Así estaríamos en condiciones de hacer conservación e investigación, con un ambiente coordinado y en condiciones óptimas”.
Verdadero protagonista
La nueva pieza del rompecabezas que ayer recibió en donación la Provincia es de origen inglés; corresponde al modelo del año 1796, diseñado para el ejército británico por el general John Gaspard Le Marchant. Se sabe que los primeros sables utilizados por el ejército fueron parte de una compra ingresada al Virreinato desde Europa, pero también que muchos quedaron de las Invasiones Inglesas, y seguramente fueron arreglados y puestos en uso nuevamente para las campañas al Norte, explica Díaz.
“En el campo me dijeron que iban a ver si encontraban lo que falta”, cuenta Toledo. Y Díaz lo imagina y lo describe: “la hoja, curva, tendría unos 80 centímetros, desde la empuñadura...”. “Sería tan interesante poder investigar toda esa zona...”. añade. Sigue permitiéndose soñar. Ojalá los sueños se hagan realidad.

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