Un clásico de Molière regresa al teatro tucumano


Esta noche se reestrena en la provincia “El enfermo imaginario”, puesta que recibió varios premios. Las impresiones del director y de parte del elenco.

Hace 17 Hs 28
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CON VESTUARIO DE ÉPOCA. Escena de la puesta tucumana de “El enfermo imaginario”, de Molière. Foto de Marga Fuentes.-
Luego de estar nominada a 13 premios Artea 2018 y cosechar los galardones a Mejor Puesta Teatral, Mejor Dirección Actoral y Mejor Actriz Protagónica, “El enfermo imaginario” -la obra que Molière presentó en el Teatro del Palacio Real hace más de tres siglos- se reestrena en Tucumán esta noche a las 22 en el Teatro Orestes Caviglia (San Martín 251).
La obra está dirigida por Nicolás Aráoz y el elenco está integrado por Ricardo Podazza (Argán), Andrea Barbá (Antonia), Andrés D’Andrea (Beraldo), Ruth Plaate(Angélica), Guillermo Arana (Cleonte), Noé Andrade (Señor Diafoirus), Alejandra Páez Salas (Belisa), Daniela Canseco (Tomás Diafoirus), Eloísa Martínez Romero (Luisa), Facundo Vega Ancheta (doble de Argán), Sergio Domínguez (El notario), Jessica Carrizo (Purgón), Marcos Zerda (policía) y Ayelén Ormaechea (Fleurant), todos actores del Teatro Estable de la Provincia.
Las expectativas
“A diferencia del año pasado, esta vez volvemos a escena con un número mayor de funciones. La expectativa del elenco y mía es mucho más grande, porque empezamos a principios de año. Esperamos que el apoyo del público sea similar al del 2018, cuando trabajamos a sala llena”, explica Aráoz. Agrega que la puesta no ha sufrido modificaciones, sino que como director siente que maduró. “La distancia permitió el descanso y el guardar al personaje dio lugar a la madurez y el crecimiento”, afirmó.
“En un primer momento, la obra nos movilizó mucho y eso más que nada por la gran repercusión que tuvo en el público. Es por eso que esta vez y con este tiempo intermedio para volver a ensayar, logramos recuperarnos y de alguna forma tranquilizarnos. De todos modos, es el público el que dictamina si hacés bien o mal las cosas arriba del escenario”, plantea Podazza, quien encarna la piel de Molière, en el personaje de Argán.
Un clásico
“En lo personal, este texto siempre me interesó mucho, ya que es el último que escribe y representa Molière. Que él haya muerto horas después de una de las funciones es también lo que me motiva a contar esta historia, cada puesta es como buscar revivirlo”, argumenta Aráoz y continúa: “tengo la sensación de que él sabía que iba a morir porque en el relato se mezclan dos extremos, lo gracioso de los enredos y las confusiones de la trama y lo amargo... Esas dos caras del teatro: la comedia y el drama”.
Podazza, señala: “las obras de Molière tienen la cualidad de que podés hacerlas en cualquier época y contexto. Tiene esa magia de la comedia brillante y está tan bien manejada que el publico no deja de divertirse; y esa particularidad fue transmitida a la perfección en esta adaptación, por lo que el espectador puede confiar en que no se perderá nada de la original”.
“Además es un clásico que nunca muere, porque, a pesar de cumplir cerca de 400 años, se sigue haciendo y sigue atrapando al público conozca o no la obra. Es una pieza que divierte, conmueve y logra que uno salga feliz de la sala. Ya que cuando el actor disfruta de lo que hace, esos sentimientos se transmiten de inmediato al público”.
La puesta
“La puesta llevó mucho tiempo de preparación. Ensayamos tres meses en 2018 y un mes ahora. El trabajo actoral y físico propio de la comedia del arte está impreso en cada escena, y me atrevo a decir que el resultado es bellísimo e interesante”, comenta Aráoz. Añade que se trata de un clásico “con todas las letras” y que eso implica un despliegue de vestuario y maquillaje muy trabajado y pensado.
“Este es el tercer o cuarto Molière que interpreto, es una cosa extraña. Te despierta cosas muy fuertes, sobre todo con esta obra que por un lado está marcada por su muerte y, por otro, por la crítica social y clara que hace el autor a la medicina, mediada por momentos desopilantes y amargos representados en la enfermedad o supuesta enfermedad del protagonista”, describe Podazza.
La historia
“El enfermo imaginario”, tiene como protagonista a Argán, un hipocondríaco que vive rodeado de médicos y boticarios, el cual quiere casar a una de sus hijas con un médico para poder ahorrar la gran cantidad de dinero que invierte en su salud. Antonia, su fiel criada, impertinente y bondadosa a la vez, ideará un plan para salvar a Angélica, una de las hijas de Argán, del matrimonio a conveniencia que pretende su padre. Y a Argán de los médicos y su hipócrita segunda esposa.
Además de hoy, la obra se podrá disfrutar el 16, 22, 23, 29 y 30 de marzo y 5, 6, 12, 13, 26 y 27 de abril.

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