"Coco": cómo desdramatizar la muerte a los niños
Lo nuevo de Disney/Pixar
El filme animado sobre la celebración del Día de los muertos en México se estrena el jueves. Habla Gael García Bernal, que le puso la voz al protagonista.
Coco y su guitarrón. En compañía de un difunto. Foto: Disney•Pixar.Entre otras cuestiones, Ciudad de México, o directamente el DF, es el lugar donde Frida Khalo vivió y se autorretrató con pulso inquieto, donde asesinaron con un picahielos a León Trotski y donde, también, Diego Armando Maradona llevó a cabo su obra maestra: convertir en postes de luz a un numeroso grupo de jugadores ingleses.
Aquí, en esta metrópolis intensa, cautivante, con taxis de techo rosa que se esmeran por eludir los embotellamientos, con comidas cargadas de especias tan potentes como la dinamita, con un mariachi dispuesto a tocar su guitarrón en cada esquina, nos recibe Gael García Bernal, que le ha puesto la voz a Héctor, uno de los personajes de Coco, la película animada de Pixar-Disney que se estrenará el jueves próximo en la Argentina, y que se basa en el Día de Muertos, la celebración en la que, sin escatimar recursos, las familias mexicanas se reúnen para homenajear cada año a sus ancestros.
El ritual fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco. Durante dos días, el 1° y 2 de noviembre, y con la idea de que los que se fueron al más allá vuelvan por unas horas al mundo de los vivos, en los cementerios se construyen altares con flores, velas, comidas y, por si hace falta aclararlo, tequila.
Gael García Bernal. El actor le puso la voz al personaje principal. De poder volver a un músico argentino a la vida, le gustaría conocer a Spinetta.
-¿Cómo fue la experiencia de poner la voz y no salir frente a cámara?
-Fue un proceso muy particular. Pixar tiene una forma de hacerlo muy interesante. Diría que es algo revolucionario. Se graba el audio, se hace una radio novela y después, encima de eso, se lleva a cabo la animación. Se establece una unidad con lo que uno propone, con lo que uno juega.
Rodeado de aplicados asistentes, García Bernal, de 39 años y 1,70 metro, habla con Clarín en una coqueta habitación del hotel Four Seasons, una especie de palacio ubicado en el Paseo de la Reforma. Como buen mexicano, Gael es amable. Sonríe como suelen sonreír las estrellas de Hollywood: mostrando los dientes. Lleva puesto un saco premeditadamente raído, hecho tiritas. “Mendigo chic”, podría definirse. O “indigente glamoroso”. Una tendencia que, seguramente, no tardará en expandirse. Afuera, algunas fans con las caras pintadas de calaveras lo esperan con ansiedad para sacarse una selfie.
-Coco trata sobre el Día de Muertos. Miguel, el personaje principal, busca reencontrarse con algunos de sus familiares fallecidos. ¿A cuál de tus antepasados te gustaría volver a ver?
-Si uno pudiera vivir esa experiencia, la de visitar la tierra de los muertos, sería divertido encontrarse con todos sus seres queridos. No elegiría a ninguno en especial. Si es que existe, se ve que es un lugar increíble.
-¿Y de las celebridades fallecidas de la Argentina, a quién querrías encontrarte?
-¿De la Argentina? A ver, ¿quién sería interesante?
Gael se queda en silencio algunos segundos, medita.
-Puede ser del mundo de la política, del deporte, del arte, de la música...
-Me gustaría encontrarme con Spinetta (por Luis Alberto).
-¿Y qué le dirías?
-No sé, me imagino que sería una experiencia bonita... Poder tener con él una conversación suave.
-¿Y te gustaría que volviera a tocar algo?
-O no. Simplemente me gustaría conversar.
-¿Has sido un seguidor de él?
-Sí, lo he escuchado con frecuencia.
-¿Hay algún disco o alguna canción que te guste más?
-Me gusta toda su obra.
Nacido en Guadalajara, Gael se crió en una familia de actores, “en un ambiente underground”, y siempre estuvo vinculado con artistas. De chico, sin embargo, tuvo varios desvelos vinculados con otros ámbitos: quiso ser médico pediatra rural, periodista y jugador de fútbol. Pero se inclinó por la actuación. A los 11 años trabajó en su primera telenovela, Teresa, en la que la protagonista era su compatriota Salma Hayek.
Con el tiempo, Gael se mudó a Londres para estudiar teatro en el Central School of Speech and Drama, donde maduró sus dotes histriónicas. Y no tardó en llegar a los primeros planos. Entre otros filmes, protagonizó Amores perros, Diarios de motocicleta, Babel y Neruda. Abierto a la interpretación de distintos roles, también se puso en la piel de Cristiano Ronaldo, el goleador de abdominales marcados como una cubetera, en un cortometraje que formó parte de la promoción del Mundial de Sudáfrica. En 2015, por la serie Mozart en la jungla, ganó un Globo de oro.
Seductor de ojos celestes, Gael también ha tenido un intenso recorrido sentimental: estuvo en pareja, por ejemplo, con Natalie Portman y Dolores Fonzi, con quien tuvo dos hijos, Lázaro y Libertad. Eso sí, muy cuidadoso de su vida privada, Gael puede hablar sin problemas sobre “la solidaridad del pueblo mexicano” cada vez que su país ha sido afectado por un terremoto, sobre su apoyo “a los refugiados sirios” o sobre Donald Trump, pero que nadie se atreva a preguntarle intimidades: mostrará los dientes, y en este caso no lo hará como una estrella de Hollywood, sino como un perro rabioso. Se brota.
-Tus hijos viven en Buenos Aires. ¿Cómo creés que será recibida “Coco” en la Argentina?
-Los niños del mundo pueden disfrutar de esta película, apreciarla. Los niños son muy buenos para aceptar todo tipo de hipótesis en torno a la muerte, y para incorporarlas, y para convertirlas en algo propio. A medida que crecen, los niños van dimensionando mucho más el significado de la muerte. Así nos pasa a todos, en realidad.
-En la Argentina, y a diferencia de lo que ocurre en México, la muerte se vive como algo triste. La gente va al cementerio cada tanto, no mucho más que eso. No se organiza una celebración masiva una vez por año.
-Sí, la película sirve para abrir un poco el panorama. Y, también, para discutirlo. Los adultos somos más cerrados. Son temas que nos parecen complicados. También existe una noción muy anticuada, ya caduca, de que los papás tienen que tener la razón de las cosas, sobre todo, en torno a la muerte. Y nadie tiene razón en torno a la muerte. No hay ningún concepto cerrado. Esta película da ese giro.
“Culturalmente católico pero espiritualmente agnóstico”, según como se define cada vez que le preguntan qué religión profesa, Gael cree que Coco es una película “para llorar”, porque trata sobre la muerte, pero al mismo tiempo “no deja de ser muy divertida”. La función del filme para la prensa había sido un día antes del encuentro con el actor, en el Cinépolis Carso, un shopping situado en la calle Lago Zurich. Y hubo lágrimas y risas, sí.
-¿Qué fue lo que más te gustó de Héctor, tu personaje?
-Cuando lo encuentras es un paria, un diletante del mundo de los muertos, y luego ayuda al chico Miguel a caminar juntos con el problema que tiene... Y bueno, no puedo adelantar más.
El viaje de Coco
Película en 3D, producida por Pixar y distribuida por Walt Disney Pictures, Coco es un estallido de colores, un despliegue de logradas animaciones que cuentan la historia de Miguel, un chico de 12 años que vive con su familia en una zona rural de México. Con la fiesta del Día de Muertos como eje principal, Miguel busca convertirse en un destacado artista como su ídolo Ernesto de la Cruz, pese a que en su familia de zapateros la música está prohibida. Decidido a liberar su talento, Miguel llega a la Tierra de los muertos. El viaje, lleno de peripecias, revelará la verdadera historia de sus parientes. En el reparto, trabajan Anthony González, como Miguel, Benjamin Bratt (Ernesto de la Cruz) y Ana Ofelia Murguía (Mamá Coco), entre otros.
La palabra de los directores
Lee Unkrich, que ya estuvo al frente de Toy Story 3, fue el director de Coco. El cuenta el proceso de filmación. “Para hacer esta película estuvimos seis años viajando por distintas ciudades de México. Pudimos ver cómo vivían los habitantes de este país. Y quedamos maravillados, por ejemplo, con los cementerios de Oaxaca y Michoacán. Son hermosos. Las flores de cempasúchil están por todas partes”, explicó Unkrich sobre el proceso de “documentación” que llevó a cabo antes de empezar a darles forma a la trama y los personajes.
A la hora de analizar los resultados de semejante producción, el realizador estadounidense agregó: “Estamos muy satisfechos con lo que conseguimos con la película: llevar un mensaje positivo para un mundo complicado. Estoy convencido de que las barreras se pueden romper a partir de historias que generen empatía. Y ésta, con la familia como tema principal, es una de ellas”.
“¿A qué persona de la “tierra de los muertos” me gustaría volver a ver? De mi familia, me gustaría encontrarme con mi abuela. Y del mundo del cine, con Stanley Kubrick: me gustan mucho sus películas”, se entusiasmó Unkrich ante el desafío propuesto.
“A mí me gustaría sentarme a charlar un rato con Walt Disney”, comentó, a su vez, Adrián Molina, codirector de Coco.
Después, sobre el filme, Molina puntualizó: “Es una muy buena oportunidad para presentarle al mundo el talento de la comunidad latina, personas que, como Frida Kahlo, influyen con su arte”.
Estadounidense pero de madre nacida en México, más precisamente en Jalisco, Molina también se refirió a lo que significa para él la celebración del Día de Muertos: “Lo genial de esta celebración es que es una fiesta. Por eso, la idea fue hacer una película divertida, con un humor que estuviera basado en la historia y los personajes”.
No menos simpática, Darla Anderson, productora de la película, trabaja hace tiempo para Pixar y también estuvo en el armado de, por caso, Cars y Monsters, Inc.
“No quisimos que Coco cayera en lugares comunes”, aportó. “Si pudiera encontrarme con algún fallecido, también me gustaría ver a los miembros de mi familia. Y a Jackie Kennedy”.
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