Sensibilidad y compromiso alejados del negocio del arte político
Marcia Schvartz presentará trabajos en Tafí Viejo y en la capital. En “Fondo” aparece la tragedia de la represión. Contra los críticos.
Hace 22 Hs
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FUERZA NARRATIVA. Marcia Schvartz expresa con colores vivos su referencia artística al río y a la sangre. conti.derhuman.jus.gov.ar
“El río es nuestra sangre. Nuestro río es de sangre”. Un título fuerte que la artista le puso a “Fondo”, un conjunto de obras que, casi directamente, hablan de represión, torturas y muerte. No es la primera vez que Marcia Schvartz viene a Tucumán. Desde los 90 hasta hoy, expuso sus cactus y paisajes del Tigre y sus retratos de mujeres en el Centro Cultural Virla y en el Museo Timoteo Navarro; visitó talleres y participó en una residencia para artistas en Tafí del Valle. Ahora, inaugurará dos muestras de serigrafías: mañana a las 21 en la Casa de la Cultura Catalina Albarracín, de Tafí Viejo (avenida Alem 755), y el viernes en Galpón 20.99 (25 de Mayo 2.099), en la capital.
“Esto es lo más dramático que pinté”, le confiesa a LA GACETA durante una entrevista telefónica. La sucesión de actividades de la artista comenzará esta misma noche, antes de la inauguración de las exposiciones, con una disertación en Tafí Viejo a las 21, sobre la relación entre su obra y los derechos humanos, que se remonta en el tiempo. “Mostraré una parte durante la charla. Veremos imágenes, como en un popurri, con obras sobre el peronismo que hice en el Museo Fortabat y de la serie Norte Negro, de 2011”, anticipa.
Como ejemplo, menciona una obra que estará expuesta y que formó parte de un conjunto de más de 40 trabajos que fue donando a algunos museos, como el Haroldo Conti. “Es una creación muy vieja, de los 90. La imagen la había hecho antes en dos óleos. Es una miniserie que hice tomando el Río de la Plata, cuerpos que se caen, se modifican, la zanja, toda una cosa de trasmutación. Surgieron playas como lugares intermedios entre la vida y la muerte”, relata.
Los retratos sociales de Schvartz constituyeron testimonios de época: en “Batato Barea” supo representar a los habitantes de los márgenes, al under de los 80 y a personajes del Parakultural. “Morochos urbanos” (de 1990) remite a la realidad de la migración forzada y “Las indias”, a la constatación de una América mestiza. Y utiliza distintas técnicas: desde una serigrafía a una carbonilla sobre arpillera para que aparezcan barrios obreros y el tango.
“Es una muestra que pensé con Rolando González Medina; no es simple, porque tengo muchas obras”, afirma Schvartz, quien ha participado en casi todas las bienales del mundo y ha recibido numerosos premios.
- Definitivamente, tu obra es política, comprometida.
- Te aclaro que no estoy en el negocio del arte político...
- ¿Qué es eso?
- Hay todo un discurso social que está de moda y muchos se cuelgan de él, porque es un negocio. No estoy, ni quiero estar; estoy fuera por suerte, lo cual no significa que no tenga sensibilidad o compromiso. O cuando se plantea un arte abstracto, geométrico que es horrible...
Durante la conversación, la artista no se priva de cuestionar a algunos críticos. Y promete que en la charla de esta noche los mencionará con nombre y apellido. “Me da pena que en Tucumán, con la tradición que tiene, haya gente así. Pero estoy contenta de hablar mal de esta gente”, agrega.
Colores vivos, restos humanos, el agua que es soporte y superficie como si fuera un campo de batalla de donde algunos intentan huir. Eso es el río de sangre, con ojos desorbitados, personajes más muertos que vivos.
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