Marcos Mundstock: "Estamos a dos metros del suelo"
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Les Luthiers
Después de ganar el Premio Princesa de Asturias, Marcos Mundstock, la voz del grupo, habló con "Clarín" y contó por qué soñaban con esto.
Ganadores. Les Luthiers fueron distinguidos con uno de los premios internacionales más prestigiosos, el Princesa de Asturias. Foto: Ariel Grinberg.
Estamos felices porque es un premio groso, groso. Más allá de todas las distinciones que hemos recibido y nos enorgullecen, éste, a nivel internacional es casi como un Nobel. Estamos a dos metros del suelo”. El que habla, exultante y lógicamente feliz, es Marcos Mundstock, integrante histórico y voz única de Les Luthiers. El grupo acaba de recibir el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Este reconocimiento a nivel internacional que entrega la Fundación Princesa de Asturias, de España, los termina de ubicar, por si aún quedara algún resquicio de duda, entre los artistas argentinos más reconocidos y respetados en el planeta. En el momento en que están cumpliendo 50 años, el galardón los encuentra, como siempre, trabajando, con Gran Reserva, su espectáculo número 37, recién estrenado y girando por la Argentina. (Ver Lo nuevo...)
-¿Cómo repercute en el grupo esta distinción a esta altura de la carrera?
En cierto modo es un estímulo. Nosotros, por suerte, hicimos una carrera sin proponernos metas soñadas. Todo fue muy paulatino y gradual. Pero la verdad es que sí soñábamos con este premio. Todos los que recibimos a lo largo de los años fueron importantes pero éste era el que más nos movilizaba.
-En el camino dejaron a figuras de la comunicación como Martin Baron, el director de “The Washington Post”; a Arthur Ochs Sulzberger jr. del “New York Times” y a la presentadora Christiane Amampour, de la CNN. Qué fuerte, ¿no?
¿La verdad?, impresionante. Es una gloria. Nos hace laburar con más ganas todavía, nos mejora.
-El premio tiene que ver más con la comunicación que con lo musical. ¿Sienten que están dejando un legado humanitario más allá de lo artístico?
Tal vez. Sin falsa modestia y con la justa en algunos rubros, te puedo decir que lo que hicimos es lo que nos fue saliendo. Nunca lo pensamos muy racionalmente. Con los años hemos inventado algo, un tipo de humor diferente, con su propia identidad que no se parece a nada.
-Ustedes lograron conjugar algo que no es tan común como el prestigio con la popularidad. Siempre estuvieron cerca del público que, además, es muy amplio.
El público siempre nos fue respondiendo a la par, nos acompañó en todo. Pero nosotros no nos dejamos llevar y siempre supimos ver antes qué cambiar para que no se aburriera. Pero todo se dio sin especulaciones ni contra la naturaleza de lo que nos gusta hacer. Si vas contra eso, es demasiado esfuerzo. Sí trabajamos mucho pero haciendo esto que es lo que más nos gusta, disfrutándolo.
De aquellos fundadores, cinco décadas atrás, aún son parte del equipo, además de Mundstock, Carlos López Puccio, Carlos Núñez Cortés y Jorge Maronna. En 2015, luego de la muerte de Daniel Rabinovich, se sumaron Horacio Turano y Martín O’Connor. En su recorrido por el espectáculo argentino han permanecido casi intactos y renovados a la vez.
-Mirando hacia atrás, ¿qué fue lo que hizo que se formara este grupo?
Creo que fue como un ADN, algo original que no sería posible repetir. Fue una mezcla de talentos complementarios y sería mucha casualidad que otro grupo de hombres que actúen, canten, escriban y toquen instrumentos, hiciera lo mismo. No obtendría los mismos resultados. Nosotros tenemos nuestro propio ADN, como cada persona. Inmodestamente, lo que hacemos es de calidad -Además del talento, ¿se podría decir que se alinearon los planetas en el momento en que se encontraron?
Claro. Somos muy afortunados por eso.
-Sus espectáculos han abarcado a varias generaciones: lo escuchan desde niños hasta gente mayor.
Tener público de todas las edades es otro regalo que se nos dio. Lo que hacemos es algo más que humor, tal vez por eso. Cada uno de nosotros se siente bendecido por tener este oficio. Hacer reir es algo maravilloso. Con los años fuimos aprendiendo a valorar el aporte del otro y eso nos unió como equipo. Al principio eramos más vanidosos y dogmáticos. Ya no.
-En este momento especial es inevitable recordar a Daniel Rabinovich, ¿no?
Sí, tanto a él como a Gerardo Masana (quien murió en 1973), que ya no están. Daniel soñaba con esto. Lo extrañamos como hermano, como parte de la familia. Pensamos cómo le hubiera gustado esto. Pero está con nosotros siempre.
A lo largo de 50 años, los han visto casi 10 millones de personas en todo el mundo. ¿Qué sigue ahora?
En el escenario estamos mejor que nunca. A esta edad no podemos vaticinar nada. Solo pedir que sea por muchos años más porque esto es lo que más nos gusta hacer en la vida.
-¿Se sienten como los Rolling Stones, siempre vigentes?
Algo así, pero en nuestro caso, sin agregados químicos. Pero me habría gustado más que hubieran seguido juntos Los Beatles.
Gran Rerserva Se presenta este viernes, sábado y domingo en la Fundación Astengo, en Rosario. Y luego, el 19, 20 y 21 de mayo, a las 21 en Buenos Aires, en el Teatro Gran Rex
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