En primera persona: qué se siente al tirarse por la tirolesa más larga del país


Muchas personas se enfrentan a sus temores antes de lanzarse por la nueva atracción de San Javier, que tiene 500 metros de largo y que permite alcanzar los 50 km/h en el primer tramo. Video.

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Es única la emoción de ser dueño del viento, de tomar velocidad y de apreciar el aire fresco en la cara; de despegar del suelo por unos instantes. Volar es algo que constantemente relacionamos con cosas agradables, precisamente porque siempre ha sido uno de los mayores sueños de las personas.

Esa sensación de libertad, de independencia, de emoción, de lanzarse a lo desconocido para que suba la adrenalina, se puede hacer realidad. Y está a pocos minutos de la ciudad, justamente en el cerro San Javier, donde con solo llegar hasta allí te enamora con la vista a cualquier hora del día.

En ese lugar, hace unos días, se inauguró la tirolesa más larga de Argentina, con 500 metros de largo y que te permite alcanzar los 50 km/h en el primer tramo. En otras palabras, algo único.

El recorrido arranca detrás del Cristo Bendicente y termina en la calle 13. Según su propietario, Facundo Bottini, el proyecto comenzó hace cuatro años y pasó por diversos chequeos de seguridad. "Hoy es un sueño hecho realidad", le dice con una sonrisa de emoción a LA GACETA.
Lo ideal es llegar temprano para poder pasar el día, tomar lindas fotos y, claro, disfrutar de este nuevo atractivo. Todo bien. Pero seguramente estás preocupado por algo: ¿cómo podés ir si tenés miedo a las alturas?

Eso es perfectamente normal; de hecho, muchas personas se enfrentan a sus temores antes de lanzarse por la tirolesa. Claro, podés estar pensando: ‘es más fácil decirlo que hacerlo’. En realidad, es fácil. Todo lo que tenés que hacer es respirar.
Animate a cruzar el cerro en una tirolesa, a 50 km/h
Como hicieron varios jóvenes que se hicieron presentes. "Me recorre todo por el cuerpo; sí, estoy nervioso, pero a la vez tengo muchas ganas de tirarme", dice Sergio Olea, quien junto a su primo están por vivir la aventura.

Es que cuando llegás a esos últimos pasos, en definitiva, todo se suspende por unos momentos. Pero después de que te colocan el casco, los guantes y el arnés, el instructor te invita a caminar unos pasos. Parado en la plataforma, solo basta que el guía te explique que hay que dejarse llevar y que el taco que se ubica sobre el cable de acero es seguro. En ese momento, no queda más que disfrutar.

Una vez que el arnés se engancha del cable llega la hora de soltarse para quedar sentado en el aire y comenzar a bajar. El primer grito de emoción, también está presente.

Ya en el aire sólo se escucha la roldana que gira sobre el cable. El paisaje del frente comienza a acercarse rápidamente y un puente de madera espera en la llegada. Momento que te invita a bajar los pies y a comenzar a caminar lentamente para terminar el viaje.
A partir de ahí se puede hacer un recuento de las emociones sentidas en esos escasos minutos, que van desde el temor, la adrenalina y la libertad, hasta la distensión, el disfrute y unas inevitables ganas de más.

"Queríamos renovar San Javier"
Facundo Bottini es el propietario. Él, desde hace tiempo que viene con esta idea, que hoy ya es una realidad. "Buscábamos otro tipo de atractivo en San Javier. Queríamos renovar la zona, de desarrollar el turismo y que lo cambie un poco. Tras muchas idas y vueltas, y después de golpear varias puertas, se pudo inaugurar la tirolesa", cuenta.
Así es la tirolesa más larga de Argentina, que se inaugura el domingo en San Javier

Sobre la opinión que tuvo hasta ahora, dice: "cuando están parados en la rampa, prácticamente el 99% de la gente tiene miedo de ver el vacío. Pero cuando llegan hasta el final aseguran que lo volverían a hacer. Hasta este fin de semana, el 80% de las personas nos dijo que sólo subió a San Javier para poder vivir la aventura".

Sobre los horarios y precios, aclaró: "aquellos que quieran subirse deben tener más de 11 años y pesar más de 40 kilos. El entretenimiento tiene capacidad para recibir a 400 personas por jornada y está abierto todos los días de 10 a 18.30; si el día está lindo, se puede extender hasta las 19. El costo de la entrada es de $ 100".
Por su longitud y desnivel (22 metros), al principio la tirolesa alcanza una velocidad de 50 km/h. Luego tiene un freno mecánico y automático que va disminuyendo de a poco el ritmo hasta detenerse completamente. Una cosa a tener en cuenta: al final de la travesía alguien debe ir a buscar al aventurero o este deberá volver caminando hasta el Cristo.

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