La plástica del Noroeste argentino... Aldo Galli

PINTURAS, esculturas, dibujos, grabados y fotografías de distintos autores componen la exposición Arte del NOA. Esta muestra, la primera de una serie que comprenderá las demás regiones argentinas, ofrece un repertorio que resulta suficientemente explícito y encuentra su justificación cultural en el hecho señalado por el arquitecto Alberto Petrina en el catálogo: "El Noroeste Argentino encarna el vínculo más antiguo y profundo que el país mantiene con el resto de América. O tal vez sería más exacto afirmar que en él reside nuestro principal espacio de conexión con la cosmovisión de las culturas americanas".
Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca y Santiago del Estero están representadas, en el Museo Sívori, por doscientas obras de veinticinco autores.Entre ellos figuran los maestros que desarrollaron su labor o alcanzaron su apogeo entre comienzos de siglo y la década del setenta. Algunos ya murieron, como Timoteo Navarro (1909-1965), Medardo Pantoja (1906-1976) y Francisco Ramoneda (1905-1977), catalán de origen y argentino por adopción. Otros, como el arquitecto Eduardo Sacriste, porteño afincado en Tucumán y considerado un introductor del movimiento moderno en los años treinta, trabajaron hasta hace muy poco o están activos todavía. Tal el caso de Luis Lobo de la Vega y el de Joaquín Ezequiel Linares. Este último artista, que dirigió la sección pintura de la actual Facultad de Artes de Tucumán en su período de esplendor, reflejó el mundo de la noche y el del Virreinato del Río de la Plata, con una imaginación latinoamericana transfiguradora y barroca.
Otros antecedentes notables del arte del noroeste pueden encontrarse en las obras del porteño José Antonio Terry (1878-1953), del tucumano Alfredo Gramajo Gutiérrez (1893-1961) o del santiagueño Ramón Gómez Cornet (1898-1964). La inclusión de esos nombres en una perspectiva regional procura armonizar los aspectos históricos con una visión que refleja las inclinaciones del público por quienes dieron una respuesta satisfactoria a sus apetencias culturales.
El Centro Cultural Recoleta da una visión que recorre las décadas más recientes. Exponen allí diecinueve artistas actuales, entre quienes se destacan (sin perjuicio del interés que tiene la labor de otros expositores) el salteño Alejandro de la Cruz, el cordobés residente en Jujuy Víctor Montoya, el catamarqueño Enrique Salvatierra, los tucumanos Marcos Figueroa, Guillermo Rodríguez, Blanca Machuca y Víctor Quiroga, Pastor Monzón Titicala (pintor de origen boliviano que adoptó la ciudadanía argentina y se afincó en Jujuy), el porteño Hugo Irureta (promotor de la cultura del noroeste, que tiene una fundación y un museo en Jujuy con su nombre) y Alfredo Gogna (nacido en Tandil pero residente en Santiago del Estero). Todos ellos ayudan a configurar el perfil dinámico y complejo del arte de estos tiempos, cuyos sinuosos perfiles invaden cada vez más fuertemente las expresiones regionales.

LOS NIÑOS PINTORES DE CHUCALEZNA

Un párrafo aparte merece la sala del Centro Recoleta dedicada a los niños pintores de Chucalezna, un poblado sobre las márgenes del río homónimo, a 120 kilómetros de San Salvador de Jujuy y a 3000 metros sobre el nivel del mar. Sus obras provienen del taller creado por el profesor Jorge Mendoza (1934-1973), cuya acción contribuyó a desarrollar la formación plástica de quienes, desde un pasado aborigen de tejedores y alfareros, dan una imagen original del paisaje que los circunda.
La témpera y los colores al agua son los medios de los que se valieron esos niños para configurar sus trabajos. En ellos prevalece una visión expresionista que interesa, tanto por la claridad con la que estos jóvenes artistas transmiten sus interpretaciones del entorno andino, como por la sensibilidad plástica que revelan al aplicar sus registros. .
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