Tinta Roja:

Tierra quemada
El panorama era desolador, ni un centímetro de tierra quedaba al descubierto. Miles de cadáveres se amontonaban por todas partes, de nada les sirvieron sus cascos y corazas. Miembros cercenados, cuerpos atravesados por innumerables flechas, brechas en pechos y gargantas de las que aun manaba la sangre. Peor suerte corrieron los prisioneros, una larga hilera de ellos habían sido empalados en la linde del camino a modo de macabra advertencia de lo que esperaba a aquellos que osaran ...
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