Christina Aguilera: "Todo es más difícil para nosotras"

Televisión.La cantante vuelve a “The Voice” después de su maternidad. Habla de las mujeres y de la competencia. También de sus compañeros en el programa cuya nueva temporada estrena Sony mañana.

Cuenta Christina Aguilera que su hijo Max, de 7 años, vuelve del colegio asombrado de que sus compañeros sepan quién es su mamá. “En casa nunca uso maquillaje, ando en ojotas, él no presencia todo ese lado artístico mío, recién ahora lo va descubriendo”. Tiene sentido entonces esa escena doméstica que esta cronista presenció, en febrero, cuando los cuatro coaches de The Voice presentaron ante la prensa la octava temporada (desde mañana, viernes y sábados a las 22, por Sony) en los Estudios Universal, donde se graba el show. Ni bien terminó la entrevista, con los periodistas sentados en las gradas que usualmente contienen al público, los artistas salieron por un costado y una asistente se acercó a Aguilera, pantuflas rosa en la mano, para que ella pudiera sacarse sus tacos altos y seguir viaje hasta camarines mucho más cómoda.
“Es difícil para las chicas en esta industria -había dicho un rato antes Christina-, tenemos que cantar y movernos en nuestros tacos aguja mientras que los varones lo hacen en zapatillas o botas”. Súper maquillada para la ocasión, como acostumbra cuando está ante cámaras, se hace difícil imaginarla a cara lavada, en su casa, cuidando de Summer Ray, la beba que tuvo en agosto con su pareja, Matt Rutler, y por la cual se alejó las últimas dos temporadas del programa, siendo reemplazada primero por Shakira y luego por Gwen Stefani.
Mucho yoga, mudarse a una casa más grande, la vida doméstica la recluyó de las luces por un tiempo hasta que decidió, espléndida a sus 34, volver por todo. Además de The Voice, grabará tres capítulos de la serie Nashville como una cantante pop que quiere hacer un crossover de género. “Para que Blake Shelton (ver Un equipo...) no diga que es el único que tiene credenciales country”, bromea.
“Me encanta que mis hijos tengan todo lo que yo no tuve. No era rica en mi infancia, mi papá (venezolano) estaba en el ejército y viajábamos mucho. Me fascina poder darles a mis hijos la vida que yo no tuve. Está bueno parar un poco la máquina y dedicarme a ser mamá”.
¿Fueron tus hijos la única razón de tu ausencia en “The Voice”?
Definitivamente. Trato de no estar todo el tiempo ocupada. Por eso decidí tomarme esa pausa. Fue un momento muy creativo también, empecé a armar mi nuevo disco. Escribí mucho estando embarazada sobre todo lo que estaba experimentando. Y ahora que trabajo por primera vez con Pharrell, un artista al que siempre admiré, le pedí una de sus canciones. Estamos trabajando en algo que va a estar muy bueno, todavía no quiero anticipar nada. Volver a The Voice es como volver a casa.
¿Extrañabas a tus compañeros?
A morir. Tanto como al sillón rojo (risas). Tuve la ocasión de verlos desde mi casa, como televidente. Blake y Adam me matan de risa con sus agarradas. Y este año se sumo Pharrell, que es tan pacífico, tan zen. Estar sentada al lado de él es una experiencia religiosa.
¿Qué aconsejás a los participantes?
Les digo que tienen que entender que este es un entrenamiento para ellos, que no se acaban sus carreras si no ganan el concurso. Yo perdí cuando participé en Star Search, la mayoría de las celebridades que conozco, que participaron en ese programa, perdieron. Hay que tener paciencia. Hay que saber aceptar críticas. Yo crecí en una ciudad pequeña, me criticaron mucho, te hacen sentir que no sos los suficientemente buena. Me solidarizo especialmente con las chicas que participan. No sólo por los tacos altos, sé que para nosotras todo es más difícil.
¿Cuál es su gran enemigo?
Los nervios. Y los entiendo. Es el momento en que te toca estar frente a las cámaras, sabiendo que todo el mundo te ve, que vas a ser juzgado. Ahí tenés que relajarte, parar tu cabeza. Y saber perdonarte si tu actuación no fue perfecta.
¿Te duele ver que los integrantes de tu equipo pierdan?
Mucho, a veces me pongo emocional y lloro. Este es un ambiente muy competitivo. El esquema está armado para que algunas batallas parezcan de vida o muerte. Ayuda al show, pero puede destruirte si no estás preparado psicológicamente.
Este año viene a ganar, repite. Y los primeros programas la muestran aceitada, dispuesta a darles batalla a todos, con carisma y muy buen humor. Dice que su beba la pone así. “Me dibuja la sonrisa, me derrite”.

Un equipo con todo el carisma: Adam vs. Blake
La interacción entre los coaches de The Voice es muy divertida y parece que lo mejor sucede cuando se apagan las cámaras. “Debería haber cámaras grabando eso también”, asegura Pharrell Williams, hablando de la dinámica especialmente competitiva entre el cantante country Blake Shelton y el líder de la banda Maroon 5, Adam Levine. Christina los llama “el dúo dinámico” y asegura que poder alimentar ese fuego durante el programa es uno de sus grandes objetivos en esta octava temporada del programa que tuvo su versión argentina por Telefe, conducida por Marley.
Adam está tan empecinado en que Blake no gane (cada coach ‘conduce’ a un equipo de participantes), que prefiere que gane cualquier otro. “Hace ocho temporadas que estoy acá y me sigue ganando este ding dong” dice ante las risas exageradas de Blake.
Pharrell insiste en que el cantante country y el cantante pop deberían filmar una comedia juntos. Lo seguro es que la pareja más combativa no tiene planes de retirarse de sus sillas. “Esta es mi familia. No podría irme una temporada y volver, mi mente no trabaja así, seguiré haciendo esto mientras me divierta y sienta que pueda estar dándoles algo bueno a los chicos y el día que me vaya será definitivo. Aunque seguro va a ser cuando tenga 60”, se divierte Blake. “Temporada 50, todos con bastones” acota Aguilera.
Levine dice sentirse igual. “No me veo yendo y viniendo como hace Christina. Todavía me queda pasión por compartir. Amo este programa. Anoten: moriremos acá juntos con Blake.”

Pharrell Williams, el mejor defensor del programa
Reciente ganador de 3 Grammy, el creador de Happy es uno de los músicos y productores más exitosos de su generación, por eso la entrada de Pharrell a The Voice, el año pasado, reemplazando a Usher, le dio otro colorido a la competencia. Ahora todos los participantes quieren estar en su equipo, se queja “mister ego” Levine. Aunque no ganó (volvió a hacerlo Blake), Pharrell dice haber aprendido un par de cosas estando en el programa. “La primera es todo lo que disfruté trabajando con los participantes como si estuviera en el estudio, haciéndolo con artistas profesionales, me encantó eso. Me parece genial que ellos tengan esa oportunidad de interactuar con músicos que han pasado por sus mismas experiencias y pueden darles consejos, corregirlos, sostenerlos”.
Aunque recién empieza su segunda temporada, la octava para el ciclo, lo que no le divierte para nada es que se le critique al programa que, a pesar de su buen rating, ninguno de sus ganadores haya tenido éxito masivo, como ocurrió con algunos ganadores del programa rival,American Idol (Kelly Clarkson, Carry Underwood).
“Este show no es una compañía discográfica”, razona Pharrell. “El programa hace mucho bien, nos recuerda todo el talento que hay en nuestro país. Y luego es un campo de entrenamiento, donde los participantes pueden aprender a usar mejor sus herramientas. Siempre va a haber un ganador y otros 11 que se van a casa. Pero vuelven diferentes porque tuvieron tutores que en un millón de años no hubieran podido tener afuera del show; no hubieran tenido lecciones de canto de Adam Levine, o de cómo controlar su bravura como lo hace Christina Aguilera, o cómo poner más alma y corazón en lo tuyo como Blake. Para nosotros hacer esto es como un regalo, es poder devolver todo lo aprendido. Las lágrimas de estos chicos no son falsas, son gente, no son robots. Y todos ganan en el show“, se explaya el productor. A su lado, Adam asiente. “Es como que la gente mide el éxito como si fuera algo de todo o nada. Y nosotros quizás todavía no tenemos en el historial un cantante que se haya hecho ultra famoso, pero tenemos una suma de éxitos pequeños. La gente por ahí no mira eso, pero muchos artistas han salido transformados del programa. Y eso debería valer”.

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