PARAGUAY: ARTESANIA Y ARTE POPULAR - Por OSVALDO SALERNO


ARTESANIA Y ARTE POPULAR
A los efectos de este trabajo, y en sentido amplio, el término "artesanía popular" se refiere al conjunto de manifestaciones producidas como exponentes de su cultura por diferentes pueblos (comunidades, sectores sociales, minorías, etc.). Esto significa que la artesanía popular mantiene lazos profundos con la tradición e implica siempre un cierto elemento de identificación comunitaria (en principio, la comunidad se reconoce a través de su práctica artesanal).

Ahora bien, no todas las manifestaciones artesanales alcanzan a ser artísticas. Según este criterio, estamos manejando una distinción entre el concepto global de "artesanía popular "y el más restringido de "arte popular". El primero se refiere genéricamente a productos tradicionales realizados manualmente y a partir de un determinado nivel de destreza, ingenio y habilidad. Mientras que el término "arte popular" se aplica sólo a las artesanías que alcanzan determinados niveles de expresividad estética. Definimos acá a la expresividad estética como determinada por la calidad de las formas, el ajuste de las técnicas y materiales y la densidad de los contenidos.


ORIGENES Y DESARROLLO
Hasta aproximadamente la década de los años cuarentas, la producción artesanal no despertó en el Paraguay el interés de los estudiosos, los cronistas y las instituciones públicas. La poca importancia concedida a este rubro determinó una carencia a nivel de registros y documentos referidos a los objetos artesanales.

Esta situación, unida al hecho de que la mayor parte de tales objetos corresponda a productos de uso cotidiano realizados con materiales perecibles, promovió la escasez de piezas suficientes y de documentos que puedan constituírse en bases de un estudio cronológicamente ordenado.

No obstante, la fuerte continuidad de las formas de la artesanía popular permite un acercamiento a su desarrollo. Es clara la relación formal que existe entre muchas expresiones de la cultura popular actual y las que corresponden a la época colonial y al siglo XIX. Esa relación permite suponer la existencia de líneas comunes de crecimiento.


A. EPOCA COLONIAL

A pesar de la confluencia de varias etnias en el territorio paraguayo en el momento de la llegada de los españoles, la colonización recayó en forma sistemática sobre los guaraníes.

Originalmente los guaraníes practicaban artesanías vinculadas a funciones rituales y utilitarias. Las primeras (las pinturas corporales, el arte plumario y las ligadas a significados mágico-religiosos) fueron erradicadas por el proyecto colonizador por ser consideradas como incompatibles con el mismo, mientras que las segundas, (la cerámica y los tejidos), reformuladas, fueron aprovechadas para las nuevas funciones coloniales. Estas funciones plantearon, a su vez, la incorporación de nuevas técnicas y materiales y el surgimiento de artesanías hasta entonces no existentes, la catequesis evangelizadora promovió el desarrollo de toda una artesanía utilizada para el culto (talla en madera, platería, tejidos y encajes, cueros etc.)

La mano de obra artesanal del indígena se organizó fundamentalmente de dos formas: la organización civil con ayuda de algunas órdenes religiosas (esencialmente franciscanas) y las específicamente misioneras manejadas por la Compañía de Jesús. La primera, menos rigurosa que la jesuítica, se estableció a través de los talleres de oficio de los pueblos indios (táva). Allí se enseñaba al neófito los oficios orientados a satisfacer las necesidades elementales de la Provincia.

Ticio Escobar sostiene que como los talleres jesuíticos eran más organizados y sistemáticos en la aplicación del proyecto colonizador, el control era más estricto y, por lo tanto, el margen de creatividad más limitado. En este sentido el autor apunta que es a partir de los talleres de los táva -debido a la flexibidad de un sistema menos estricto en su control y al rápido proceso de mestizamiento que permitía su mayor integración a la población provincial- que se crearon las bases para una expresión propiamente mestiza, surgida fundamentalmente al margen de los programas oficiales tanto civiles como religiosos. Esta marginalidad de la artesanía popular se volvió un rasgo propio de la misma que pasó a caracterizarla desde entonces (1).


B. ÉPOCA INDEPENDIENTE (SS. XIX)
Es probable que el enclaustramiento del país decretado por el Dr. Francia pudo haber provocado el impulso de ciertas manifestaciones artesanales con raíces coloniales a fin de abastecer la demanda local (2). Pero durante su gobierno no se contó tampoco con una política cultural que promoviese expresiones creativas; es más, hay indicios de que ciertas manifestaciones populares habrían sido prohibidos (máscaras usadas en determinadas festividades) y es lógico suponer que la artesanía usada durante la colonia para la suntuaria religiosa haya sido limitada.

Durante el gobierno de los López, tanto la apertura comercial como la gradual consolidación de un gusto más refinado, aunque promovieran la introducción de elementos importados de Europa y del Río de la Plata (porcelana, loza, tejidos, joyas, muebles) y la difusión de modelos de dichas metrópolis, de hecho no llegaron a desplazar a las artesanías profundamente arraigadas en la cultura local. Es probable, incluso, que el espíritu de lujo y boato -antes sólo ligado al culto religioso- se desplazara también hasta los usos cotidianos de la clase pudiente criolla. Por ejemplo, la utilización del ñandutí y otros encajes, anteriormente usados específicamente como parte del ritual religioso, se habría extendido hasta formar parte del ajuar familiar del criollo. Por otra parte estas condiciones afectarían específicamente a Asunción y sus alrededores y muy difícilmente habrían incidido sobre las artesanías de áreas rurales que siguieron desarrollándose en forma marginal.

La Guerra de la Triple Alianza (1865-70) significó una conmoción profunda para la cultura paraguaya. Ciertas artesanías sobrevivieron a la destrucción fundamentalmente porque estaban ligadas a funciones utilitarias elementales y, como señala Josefina Plá (3), referidas a la práctica femenina (ya que casi toda la población masculina adulta fue exterminada por la guerra). Así, la cerámica y los tejidos, tradicionalmente a cargo de mujeres, se reponen más rápidamente y crecen con más fuerza que otras artesanías, como la talla y el forjado de metales, practicadas por varones.


C. ÉPOCA ACTUAL (S. XX)
Es probable que desde comienzos y hasta mediados de este siglo la recuperación del progreso productivo (en el que en parte incidieron ciertos movimientos inmigratorios de posguerra) hayan promovido el incremento de aquellas artesanías vinculadas a fines utilitarios. Especialmente la cerámica y los tejidos, de uso personal y doméstico, debieron haber recibido un nuevo impulso no sólo en cantidad sino también en variedad (nuevos motivos y nuevas técnicas, por ejemplo, crochet) a partir del desarrollo de las necesidades dentro de patrones aún tradicionales de consumo.

Aproximadamente desde mediados de siglo el avance de la utilización de objetos de consumo industrializados y una aceleración del ritmo de urbanización provocan el debilitamiento de pautas socio-culturales campesinas y un gradual y luego acelerado desarrollo de formas de artesanía híbrida que incorpora nuevos modelos, elementos y técnicas. Pero paralelamente se va produciendo un fenómeno de valorización y toma de conciencia de la cultura popular por parte de diferentes sectores de la sociedad y de la administración pública, anteriormente mantenidos al margen de cualquier preocupación por la misma. Esta actitud implica de alguna manera la apreciación de los valores estéticos de la artesanía independientemente de sus funciones utilitarias. Por otra parte, esta situación provoca una nueva demanda y facilita la emergencia de un nuevo mercado. A partir de estos hechos no se buscan tanto los objetos artesanales para ser usados sino en cuanto se los consideran como piezas de colección o elementos decorativos. Este factor que incide en la producción de la artesanía popular presenta riesgos, abre posibilidades y plantea nuevos desafíos a resolver. Por un lado, puede conducir a la proliferación del souvenir turístico o a la producción meramente esteticista despegada de sus funciones originales. Por otro, abre la posibilidad de que se creen respuestas que enfrenten las nuevas situaciones al margen de las alternativas citadas.


CARACTERES DE LAS ARTESANIAS

A. Según queda señalado las artesanías paraguayas surgen fundamentalmente de un proceso de popularización de los "oficios" aprendidos en los talleres coloniales (provinciales y religiosos). Esta artesanía desarrolla actualmente modelos ya utilizados por los indígenas o iniciados durante la colonia: se mantienen las formas y funciones esenciales con los cambios derivados del desarrollo socio-económico.

Prácticamente toda la artesanía actual deriva de la producida en la colonia.

B. Las artesanías populares son fundamentalmente rurales y se desarrollan dentro de las pautas socio-económicas de cierta población campesina del área oriental del Paraguay como una prolongación de sus zonas originarias: antiguos asentamientos coloniales (periferia asuncena y zonas aledañas a pueblos misioneros).

C. La materia prima utilizada no sufre demasiadas transformaciones; es muy poco elaborada y la tecnología es elemental prescindiendo de todo instrumental sofisticado. Por ejemplo, la característica cerámica popular se elabora sin torno utilizando el sistema del colombín y del modelado (las culturas americanas desconocían originariamente la rueda); al adoptarse la talla fue trabajada con cuchillos elementales, los objetos se realizan en telares sencillos (trama y urdimbre) con hilos hilados a mano y los trabajos en metal se realizan fundamentalmente laminándose por amasamiento de martillado (casi nunca por fundición).


SITUACIÓN ACTUAL DE LAS ARTESANIAS

El desarrollo actual de los sistemas socio-económicos y los cambios culturales plantean el problema de la vigencia de las artesanías. Actualmente muchas manifestaciones de las mismas mantienen sus formas más allá de las funciones utilitarias de las que dependían originariamente y continúan con un sentido meramente decorativo o como expresión estética casi autónoma. Por otra parte, la calidad estética de las formas artesanales se ve disminuida en ciertos casos por un nuevo gusto suburbano que aún no ha consolidado elementos propios y, por lo tanto, carece de formas expresivas bien ajustadas (Este fenómeno se produce en parte por la reciente urbanización de zonas aledañas a la capital que conforman con la misma cierta característica continuidad cultural).
En otros casos, sin embargo, cuando este fenómeno se ha afirmado en cierta tradición, es capaz de producir expresiones con un carácter decididamente propio.

La situación recién comentada puede ejemplificarse claramente en el caso de la producción ceramística considerada en sus tres áreas de desarrollo actual:

Museo del Barro.

1. TOBATÍ. La práctica alfarera heredada de los pueblos precoloniales se desarrolla en compañías (pequeñas comunidades) alejadas del centro urbano donde conservan pautas socio económicas netamente rurales; acá podemos notar que la producción artesanal mantiene sus modelos tradicionales y sus aportes nuevos con un alto nivel de expresividad.
2. ITÁ es un centro ubicado a 30 Kms. de la capital que últimamente se encuentra sufriendo un acelerado y desparejo de urbanización. En Itá se advierten dos módulos productivos: el primero corresponde a las artesanías ubicadas en las compañías alejadas del centro de la ciudad y algunas, que aún instaladas en el radio pueblerino, conservan pautas tradicionales de producción y un buen nivel estético. El segundo corresponde a la manufactura de artesanas más integradas al proceso de crecimiento y que reciben mayor contacto urbano. En general estas manufacturas acusan una dualidad que se traduce en un deterioro de las artesanías sin lograr que las nuevas formas alcancen un nivel expresivo significativo.
3. AREGUA, ubicado en un radio muy cercano a la capital recibió el contacto de las pautas culturales urbanas en techa anterior y en forma sostenida. Este hecho permitió que dichas pautas fuesen mejor asumidas hasta el punto que haya desaparecido toda cerámica tradicional y se haya generado una nueva cerámica, incluso con una técnica diferente (torno, moldes y pintura sintética), que, aunque manifiesta valores de la cultura ciudadana, en algunos casos ha asimilando los mismos y cuajado en formas significativas y de amplio consumo popular.

(1) V. Escobar, Ticio. "Una interpretación de las artes visuales en el Paraguay". T.I. Colección de las Américas - Cap. IV. Asunción, 1982
(2) Rengger, cronista europeo del siglo XIX, sostiene que dicho enclaustramiento promovió el desarrollo de los tejidos de lana y significó un impulso para la utilización del teñido a base de productos vegetales del país.
(3) PLA, Josefina. Las artesanías en el Paraguay. Comuneros, Asunción, 1969. Véase además de la aut. cit. La cerámica popular paraguaya. Edición del Centro de Documentación e investigaciones del C.A.V. / Museo del Barro. Asunción, 1994.



CLASIFICACIONES DE LAS ARTESANIAS

Tomamos como base para esta clasificación el proceso y la materia de elaboración artesanal ya que uno de los principales elementos que definen el carácter de la artesanía es su calidad de objeto producido unitaria y manualmente.
A. TEJIDO: A.1. Lana: a. Ponchos / b. Chales / c. Fajas / d. Mantas / e. Jergas. - A.2. Fibras vegetales: a. Algodón: a.1. Hamaca; a.2. Encaje yu; a.3. Poyvi; a.4. Ñandutí; a.5. Ao poí / b. Tejidos en palma: b.1 Sombrero piri; b.2 Cestos; b.3 Abanicos; b.4 Palmas de Domingos de Ramos.
B. TALLADO: 1. Madera: a. Santería; b. Máscaras / 2. Guampa
C. FORJADO: 1. Oro y Plata / 2. lata
D. MODELADO
E. MOLDEADO
F. REPUJADO
G. TARACEADO
H. PIROGRABADO
I. ILUSTRACIONES:: 1. Curuzú yeguá / 2. Pesebres / 3. Arquitectura y objetos para el culto funerario
J. FESTIVIDADES PATRONALES.



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