Julia de Burgos
La vida de Julia de Burgos fue intensa y definitivamente breve, aunque sin duda esta escritora puertorriqueña dejó un legado indispensable para la poesía. Nació en 1914, en el seno de una familia muy humilde; fue la única de trece hermanos en realizar estudios secundarios. Se graduó como maestra en la Universidad y comenzó a trabajar, realizando actividades sociales. Fue una activa promotora de la liberación de la mujer; a los 22 años de edad se unió al grupo Hijas de la libertad del Partido Nacionalista de su país, y estuvo a cargo del discurso La mujer ante el dolor de la Patria. En el año 1940 tuvo una experiencia muy positiva en Nueva York, donde recibió el merecido reconocimiento por su trabajo; sin embargo, cuando trece años más tarde Julia se dejó ahogar por el alcohol, esta misma ciudad enterró su cuerpo en una tumba anónima.
Burgos publicó dos poemarios y dio a conocer varias poesías sueltas; tras su fallecimiento, se editaron algunos libros más. La fuerza y profundidad tan particulares de esta brillante poetisa se pueden apreciar en "El mar y tú", "Poema perdido en pocos versos" y "Yo fui la más callada". Por otro lado, son también de su autoría los dramas cortos "Llamita quiere ser mariposa", "Paisaje marino" y "Coplas jíbaras para ser cantadas".
Burgos publicó dos poemarios y dio a conocer varias poesías sueltas; tras su fallecimiento, se editaron algunos libros más. La fuerza y profundidad tan particulares de esta brillante poetisa se pueden apreciar en "El mar y tú", "Poema perdido en pocos versos" y "Yo fui la más callada". Por otro lado, son también de su autoría los dramas cortos "Llamita quiere ser mariposa", "Paisaje marino" y "Coplas jíbaras para ser cantadas".
El mar y tú
La carrera del mar sobre mi puerta
es sensación azul entre mis dedos,
y tu salto impetuoso por mi espíritu
es no menos azul, me nace eterno.
Todo el color de aurora despertada
el mar y tú lo nadan a mi encuentro,
y en locura de amarme hasta el naufragio
van rompiendo los puertos y los remos.
¡Si tuviera yo un barco de gaviotas,
para sólo un instante detenerlos,
y gritarle mi voz a que se batan
en un sencillo duelo de misterio!
Que uno en el otro encuentren su voz propia,
que entrelacen sus sueños en el viento,
que se ciñan estrellas en los ojos
para que den, unidos, sus destellos.
Que sea un duelo de música en el aire
las magnolias abiertas de sus besos,
que las olas se vistan de pasiones
y la pasión se vista de veleros.
Todo el color de aurora despertada
el mar y tú lo estiren en un sueño
que se lleve mi barco de gaviotas
y me deje en el agua de dos cielos.
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