La ex mujer de Nisman con Mirtha: todos los detalles
Para sentarse en la mesa de Mirtha Legrand, Sandra Arroyo Salgado pidió una sola cosa de antemano: que no sirvieran nada de comer.
El equipo de producción de Mirtha entendió el código. La mesa suele estar vacía cuando se habla de tragedias. Apenas se sirvió café, algunas masitas, pero la jueza federal no tocó ninguna de las dos.
Había tensión al comienzo.
Con uñas negras y tacos acharolados de diez centímetros de altura, Arroyo Salgado dio en la noche del sábado su primer reportaje televisivo tras la muerte de Alberto Nisman.
Su nombre había sido una elección obvia para los productores del programa, encabezados por Nacho Viale, cuando se formuló una lista de invitados hace más de un mes.
Mirtha estuvo encantada con la idea.
La jueza federal escuchó la oferta, pero decidió esperar.
Tenía varias instancias públicas por delante, como la presentación del informe de la querella. También lo consultó con sus hijas y su pareja, Guillermo Elazar.
Finalmente, según fuentes del ciclo, hubo una razón de peso para que aceptara: el de Mirtha no es un programa expresamente político. Además, la masividad del programa, y que sea en un canal de tevlevisión abierta contribuyeron a la decisión.
Los productores resolvieron hacer el programa con apenas un corte comercial, justo sobre el final. La apuesta resultó: se registró un pico de 13.6 de rating, tres puntos más que el promedio usual.
Arroyo Salgado no se negó a ninguna pregunta, ni tuvo veto final sobre el resto de los invitados (Nelson Castro, Romina Mangel y Santiago Kovadloff), según fuentes de El Trece. Simplemente pidió no comer. Una última reunión en su casa de San Isidro días atrás, con Nacho Viale presente, sirvió para ultimar detalles y transmitirle tranquilidad. Mirtha recibió casi dos meses de recortes periodísticos para preparar sus preguntas. Elaboró sola sus tarjetas, como siempre lo hace.
"¡Una me-saza!" dijo la diva de los almuerzos, en una de sus frases célebres poco antes de sentarse.
Pero cuando Nelly Trenti, la histórica locutora del programa, anunció el nombre de la jueza al aire, la ex mujer de Nisman no sonrió. Había una incomodidad evidente.
"Creo que yendo a lo de Mirtha busca mostrarse más humana", afirmó una fuente cercana al programa.
El momento en el que ocurrió la entrevista no es un detalle menor: esta semana, fracasó su intento de recusar a la fiscal Viviana Fein de la causa y la jueza Fabiana Palmaghini la criticó severamente por demorar la investigación y la acusó de buscar direccionarla bajo la hipótesis del homicidio.
Con ese contexto, Arroyo habló, entre otras cosas, de su a veces difícil relación con Nisman, de sus hijas y de muchas otras cosas. En el piso, la miraban detenidamente Guillermo Elazar, su pareja, y su hija mayor, Iara, de quince años, quien llegó junto a ellos en un auto oficial, con tres custodios de la Policía Federal.
La adolescente se cruzaba de brazos incómoda, arrugando los labios, mientras su mamá hablaba de las amenazas que recibió, y Mirtha mencionaba que Iara había decidido usar otro apellido en el colegio. Elazar se movía inquieto tras las cámaras. "Acá la ves, haciéndole frente a la situación", dijo de su pareja, con cierto orgullo.
Luego del final del programa, Arroyo conversó unos minutos con Legrand.
"Qué tremendo para tu hija estar escuchando todo", le dijo Mirtha.
A la salida del estudio, un hombre la esperaba, de más de 50 años, aspecto prolijo y visiblemente excitado.
El hombre se abalanzó sobre el auto de Arroyo Salgado, empezó a golpear el vidrio, y, mientras corría a la par del vehículo, le gritaba: "Sacá a tus hijas, ¡sinvergüenza!". Iara Nisman estaba en el asiento de atrás.
Fuente: http://www.infobae.com/2015/04/12/1721752-la-trastienda-la-visita-sandra-arroyo-salgado-al-programa-mirtha-legrand
Había tensión al comienzo.
Con uñas negras y tacos acharolados de diez centímetros de altura, Arroyo Salgado dio en la noche del sábado su primer reportaje televisivo tras la muerte de Alberto Nisman.
Su nombre había sido una elección obvia para los productores del programa, encabezados por Nacho Viale, cuando se formuló una lista de invitados hace más de un mes.
Mirtha estuvo encantada con la idea.
La jueza federal escuchó la oferta, pero decidió esperar.
Tenía varias instancias públicas por delante, como la presentación del informe de la querella. También lo consultó con sus hijas y su pareja, Guillermo Elazar.
Finalmente, según fuentes del ciclo, hubo una razón de peso para que aceptara: el de Mirtha no es un programa expresamente político. Además, la masividad del programa, y que sea en un canal de tevlevisión abierta contribuyeron a la decisión.
Los productores resolvieron hacer el programa con apenas un corte comercial, justo sobre el final. La apuesta resultó: se registró un pico de 13.6 de rating, tres puntos más que el promedio usual.
Arroyo Salgado no se negó a ninguna pregunta, ni tuvo veto final sobre el resto de los invitados (Nelson Castro, Romina Mangel y Santiago Kovadloff), según fuentes de El Trece. Simplemente pidió no comer. Una última reunión en su casa de San Isidro días atrás, con Nacho Viale presente, sirvió para ultimar detalles y transmitirle tranquilidad. Mirtha recibió casi dos meses de recortes periodísticos para preparar sus preguntas. Elaboró sola sus tarjetas, como siempre lo hace.
"¡Una me-saza!" dijo la diva de los almuerzos, en una de sus frases célebres poco antes de sentarse.
Pero cuando Nelly Trenti, la histórica locutora del programa, anunció el nombre de la jueza al aire, la ex mujer de Nisman no sonrió. Había una incomodidad evidente.
"Creo que yendo a lo de Mirtha busca mostrarse más humana", afirmó una fuente cercana al programa.
El momento en el que ocurrió la entrevista no es un detalle menor: esta semana, fracasó su intento de recusar a la fiscal Viviana Fein de la causa y la jueza Fabiana Palmaghini la criticó severamente por demorar la investigación y la acusó de buscar direccionarla bajo la hipótesis del homicidio.
Con ese contexto, Arroyo habló, entre otras cosas, de su a veces difícil relación con Nisman, de sus hijas y de muchas otras cosas. En el piso, la miraban detenidamente Guillermo Elazar, su pareja, y su hija mayor, Iara, de quince años, quien llegó junto a ellos en un auto oficial, con tres custodios de la Policía Federal.
La adolescente se cruzaba de brazos incómoda, arrugando los labios, mientras su mamá hablaba de las amenazas que recibió, y Mirtha mencionaba que Iara había decidido usar otro apellido en el colegio. Elazar se movía inquieto tras las cámaras. "Acá la ves, haciéndole frente a la situación", dijo de su pareja, con cierto orgullo.
Luego del final del programa, Arroyo conversó unos minutos con Legrand.
"Qué tremendo para tu hija estar escuchando todo", le dijo Mirtha.
A la salida del estudio, un hombre la esperaba, de más de 50 años, aspecto prolijo y visiblemente excitado.
El hombre se abalanzó sobre el auto de Arroyo Salgado, empezó a golpear el vidrio, y, mientras corría a la par del vehículo, le gritaba: "Sacá a tus hijas, ¡sinvergüenza!". Iara Nisman estaba en el asiento de atrás.
Fuente: http://www.infobae.com/2015/04/12/1721752-la-trastienda-la-visita-sandra-arroyo-salgado-al-programa-mirtha-legrand
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