Palito Ortega: absuelto por el rock
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En primera fila
Hay que pensar si el rock argentino puede "absolver" a alguien, o si es mejor que se mire en el espejo y haga una autocrítica.
Festejo: Palito y Evangelina, a los besos, en su fiesta por los 50 años de casados. Foto: Movilpress
El sábado pasado, en los salones del Faena Hotel, Palito Ortega y Evangelina Salazar festejaron sus cincuenta años de casados. Antes habían renovado sus votos frente a sus hijos y nietos y habían visitado en el Vaticano al Papa. Sin dudas, el aniversario lo ameritaba y, además, pocas cosas más lindas de celebrar que el amor y la familia.
Lo que me llamó la atención de esa fiesta fue la cantidad de artistas de rock que asistieron, vestidos de gala y dispuestos a tocar y cantar para los homenajeados y el resto de los invitados. Una somera lista incluye a Charly García, Juanse, David Lebón, Celeste Carballo, Nito Mestre e Iván Noble. Sacando el caso de Noble -parte de la familia como padre de Benito, el hijo que tuvo con Julieta Ortega-, el resto de los rockeros fue acercándose a Palito luego de que se erigiera en ¿salvador? ¿ángel? de Charly, quien no dudó en declarar sobre Ortega: “Me salvó la vida”.
Claro que la relación Charly-Palito no había empezado tan bien. La primera vez que se vieron fue en Tribunales, en 1977. El artista tucumano le había hecho juicio a García por unas declaraciones despectivas sobre una película suya. Charly debió retractarse. La historia cuenta que el reencuentro se produjo en 2005, a expensas de uno de los hijos de Palito, y que el autor de Canción para mi muerte le dijo al de La felicidad: “No nos peleemos más”. Palito fue magnánimo y le ofreció su estudio de grabación en Luján, donde Charly registró gran parte de su álbum Kill Gil.
Durante gran parte de sus carreras, Palito y Charly fueron personalidades opuestas y transitaron carriles distintos. Uno, el adalid de la música comercial o complaciente, protagonista de películas románticas o naives como Un muchacho como yo y otras criticadas por su cercanía con la dictadura militar, como Locos en el aire. García, el emblema del rock argentino y su espíritu de libertad, crítico del poder con discos enteros como Instituciones (Sui Generis) o canciones como Inconciente colectivo o Los dinosaurios, que si bien se conocieron en la recuperada democracia de 1983, venían en su repertorio algunos años antes.
Juanse y Nito Mestre, en el festejo de Palito y Evangelina. Foto: Movilpress
En algún momento, ambos se acercaron a un político, Carlos Menem. Aliado a él, Ortega llegó a ser gobernador de Tucumán entre 1991 y 1995 (le ganó la elección precisamente a un símbolo de la dictadura militar como Antonio Bussi) y luego senador nacional por esa provincia, entre el 95 y el 2000. Charly, en 1999, llegó a visitar al entonces presidente en la mismísima Quinta de Olivos y editó un álbum en vivo que se llamó Charly & Charly (hizo 2.000 copias, que repartió entre amigos, nunca se vendió en disquerías).
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