"La chica del adiós": una comedia sobre rieles

Teatro.Crítica: Muy buena. La obra de Neil Simon, con Paola Krum y Diego Peretti, es tierna y está bien contada. El elenco se luce también.
Las historias de amor son más bellas cuando sus protagonistas son perdedores, esos seres comunes tan parecidos a alguno de nosotros. EnLa chica del adiós hay una historia romántica, simple, sin rebusques ni pretensiones. Y por eso, muy efectiva.
De aquella película de 1977, escrita por Neil Simon y candidata al Oscar en varios rubros (su protagonista, Richard Dreyfuss, se llevó el suyo como actor) quedó la esencia. Ella, una bailarina que quiere retomar su carrera, pero ya no le dan las piernas, y con una hija preadolescente. El, un actor a punto de dar el gran salto para salir del anonimato. Lo demás, un clásico: primero el desencuentro y roce entre personalidades aparentemente antagónicas hasta que la atracción y el amor borran todas las distancias.
En esta puesta, dirigida por Claudio Tolcachir, Paula y Rodolfo son protagonizados por Paola Krum y Diego Peretti quienes, desde un principio tienen lo necesario para que sea verosímil el cuento romántico: química.Después, la comedia va sobre rieles. La escenografía de Alberto Negrín marca esa geografía territorial entre los dormitorios que los personajes cruzarán una y otra vez como una frontera hasta llegar a un lugar de encuentro casi tocando el cielo con las manos, en una terraza improvisada.
Krum compone a una criatura irritante y tierna a la vez, sin exagerar los extremos. La actriz saca a jugar la comediante en un registro en el que no es tan frecuente verla y le sale muy bien.Peretti pone a funcionar todo su oficio para este tipo de personajes que siempre terminan seduciendo desde la carencia. En este caso, también aprovecha para burlarse un poco de su profesión (su personaje también es actor) y el juego le da buen resultado.
Pero ellos no están solos en el escenario. El público se lleva dos agradables sorpresas: una es Lucía Palacios, la nena que interpreta a Lucía, la hija de la bailarina y que es clave en la historia. La chica tiene una soltura tan profesional como la de los adultos, se pone su personaje al hombro y sale a lucirse.
La otra es Gipsy Bonafina. La actriz y cantante es una cara conocida para los que la siguen desde hace rato en todos sus trabajos. Y acá, por suerte, la descubren muchos más. Gipsy brilla, junto a su piano, cantando e interpretando cinco personajes (con participación breve e intercalada) que salen de la nada y aportan lo justo. Con el recurso de su fantástica voz, básicamente, (también hay varios elementos que sabe aprovechar para lograr efectos sonoros), Bonafina pasa de un personaje a otro con mucha naturalidad y logra llevarse la ovación del público. Otro acierto del director que, con poco (o mucho, teniendo en cuenta el talento) le suma originalidad a una trama simple.
La adaptación local y actual del texto es la justa para no distraer del conflicto central. Uno sabe para qué lado va a ir la historia y, sin embargo, se engancha a ver qué pasa. Eso sucede cuando los cuentos (tiernos, humanos como éste) están bien contados.

La chica del adiós (Muy buena).Elenco D. Peretti, P. Krum, G. Bonafina, L. Palacios. Dirección Claudio Tolcachir. Teatro Metropolitan Citi (Av. Corrientes 1343), de miércoles a domingos.
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