Laurie Anderson: “Restringir la información es infantilizar al pueblo”
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Laurie Anderson.La artista estadounidense, que actúa hoy y mañana en Buenos Aires, dice que prefiere el stand up a la performance y opina sobre la tecnología.
Venís a Buenos Aires en el marco de la "Bienal de Perfomance". ¿Te considerás una performer?
Supongo que me pienso a mí misma como lo que sea que esté haciendo en el momento. Ahora acabo de terminar una película... Me gusta pensarme a mí misma como artista multimedia, una palabra que no significa nada. Pero es una palabra buena para mí porque abarca diferentes proyectos y materiales. La película que hice no tiene nada que ver con una performance, realmente. Yo escribo relatos, doy conciertos, compongo música, así que prefiero la palabra “multimedia”. Performance tiene más que ver con un tiempo extendido, una acción repetida, un loop en el tiempo, y eso no es realmente lo que hago.
La performance fue un arte novedoso entre los años ‘60 y ‘80. ¿Mantiene su poder expresivo?
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Depende del trabajo. A veces siento que es un poco repetitivo, y soy alguien a quien le gustan los relatos, la sorpresa. Tengo una manera tradicional de ver las cosas. Depende del trabajo; es difícil decir si es todavía un género interesante. Al principio, en los ‘70, no era teatro, no era música... No era, no era, no era. Ahora tiene un carácter más definido. Tiene que ver, como dije, con la duración y el tiempo, una acción normal repetida y extendida a través del tiempo. Eso se ve mucho, por ejemplo, en filmaciones minimalistas. Pero prefiero el stand up a la performance.
¿En serio?
Sí, es más apasionante, puede ser muy osado también.
¿Quién es tu standapero favorito?
Andy Kaufman. Fue un verdadero genio. Pero también lo llamaban artista performático. Trabajé con él durante un tiempo y aprendí mucho de él. La primera vez que lo vi actuar fue en un bar. Nadie sabía quién era este tipo. Estaba tocando los bongós y empezó a llorar, y no podía parar de llorar y seguía tocando los bongós. Fue muy hilarante y a la vez muy incómodo para el público. Nadie sabía si estaba llorando de verdad o era parte de la actuación. Fue maravilloso. La mejor perfomance es la que corre todos los límites y trata de hacer algo desafiante y diferente. Además, me encanta reírme.
¿Por eso te gusta que tus espectáculos tengan humor?
Sí, porque la risa es algo difícil de fingir: es difícil simular que te estás riendo. Una risa falsa es algo terrorífico. Hay algo involuntario en la risa, y amo eso. No la podés esconder.
¿Hay algo de lo que reírse en “The Language of the Future”?
Es una colección de relatos y canciones de toda mi vida como escritora y compositora, así que están yuxtapuestas diferentes épocas. Pero el humor es definitivamente parte de ello.
¿Es un repaso de tu carrera?
Sí. Estoy buscando una manera de cerrar ese material. La película que acabo de hacer es una manera de terminar esas ideas. Y espero que lo nuevo que haga empiece desde otro lugar. Lo veo como el final de un período de tiempo y el comienzo de uno nuevo.
¿Utilizas mucha tecnología en “The Language of the Future”? Leí que hay algunos drones volando por encima del público.
En una de las versiones había drones, pero el asunto no funcionó muy bien, así que los saqué. Hice el espectáculo al aire libre, y el viento los alejó y simplemente desaparecieron o chocaron. La idea era que volaran entre los músicos y mostraran otro punto de vista, pero no era una buena idea. Era muy estúpidamente tecnológica: demasiada tecnología para el resultado que se conseguía. Me dije ¿por qué estoy haciendo esto? Sólo porque soy una fanática de la tecnología y me gustan las pequeñas máquinas, pero no es suficiente. Así que los saqué.
¿Cómo mejoró tu trabajo la tecnología?
Me facilitó los viajes. Porque todo es más pequeño, más flexible, más práctico. Y en los conciertos puedo empezar en el medio en lugar de al principio, puedo disponer sonidos en cualquier orden, puedo improvisar mucho más cuando trabajo. Amo eso.
Hace unos años decías que no podías creer que la gente hiciera cola para conseguir un iPhone.
(Se ríe) ¡Ahora es aun peor! Es una locura. En lugar de querer conseguir un nuevo disco, quieren conseguir un nuevo iPhone. Puedo entender que es un dispositivo que concentra muchas funciones. Te da información, comunicación, entretenimiento... Pero a la vez la tecnología destruye la economía: mucha gente no tiene trabajo porque ahora lo hacen las máquinas.
Algunos sostienen que Internet democratiza el mundo. ¿Lo compartís?
No sé si tanto. Sí puede ayudar a conseguir información. Por ejemplo, varios de los asesinatos cometidos por la policía estadounidense fueron filmados por teléfonos, y ésa fue una buena manera de documentar los abusos. En los Estados Unidos todavía no sabemos qué es lo que está haciendo el ejército. Sabemos cómo va a estar el tiempo en los próximos cinco segundos, pero no otras cosas; hay un gran agujero en el área de la información. La tecnología ayuda a la investigación científica y sirve para venderle más productos a la gente; es una efectiva herramienta de venta. Pero no sé si ayuda a la democracia.
En el espectáculo mencionás a Edward Snowden y Julian Assange. ¿Los ves como héroes?
Sí, realmente los veo como héroes. Hay mucha información vigilada de cerca y sería democrático hacerla más accesible a la gente, porque sin información no podés tomar buenas decisiones. Restringir la información es infantilizar al pueblo. Cuanta más información, mejor. La gente es inteligente, puede tomar sus propias decisiones. ¡Que no vengan con el cuento de la seguridad nacional, por favor! El miedo está siendo usado otra vez para evitar que la gente esté bien informada. Es un truco que se usa desde hace miles de años: “Nosotros vamos a cuidarte bien, pero hay cierta información que no deberías conocer”. ¡Por favor!
Sobre Lou Reed
"Lou me sigue inspirando"
Laurie Anderson fue pareja de Lou Reed durante más de 20 años. En 2008 se casaron y siguieron juntos hasta la muerte de él, el 27 de octubre de 2013, a los 71 años. No solían trabajar juntos, más allá de algunas colaboraciones puntuales en un puñado de canciones. Y de un pequeño dueto músico-teatral que hicieron en Homeland, el espectáculo que ella presentó en 2008, llamado The Lost Art of Conversation. “Aunque ya no esté, él me sigue inspirando”, dice Anderson. “Siempre estuve motivada y estimulada por él, desde el momento en que lo conocí. Definitivamente tuve un sentimiento inmediato de conocer a un compañero artista. Me ayudó mucho en mi trabajo. Fue una relación larga, y todavía siento su presencia. Y, por supuesto, lo extraño un montón”.
Laurie Anderson presentará “The Language of The Future” 8 y 9 de mayo, desde las 20 horas, en el Teatro Opera (Av. Corrientes 860). Entradas desde $350 hasta $800.
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