Tras las reformas en Ganancias aumentaron las inequidades
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Impuestos.
Los últimos cambios en Ganancias empeoraron las inequidades y las distorsiones. Clarín creó una calculadora que te permite estimar cuánto vas a tener que pagar ahora por Ganancias.
Los recientes cambios en Ganancias amplificaron las inequidades y distorsiones de este impuesto que vienen acumulándose desde 1999, pero que en los dos últimos años se agravaron de manera mayúscula. De ser un impuesto progresivo, con los años fue perdiendo progresividad y ahora es claramente regresivo.
Una primera distorsión es que trabajadores con estructuras familiares y salarios iguales pueden tener diferentes descuentos por Ganancias y cobrar en mano montos distintos e incluso no pagar nada según lo que percibieron dos años atrás, entre enero y agosto de 2013. Esto pasa porque hay mínimos y deducciones diferentes en función de lo que los trabajadores percibían en aquel momento aunque en la actualidad ganen o mismo. El impuesto no toma en cuenta la evolución de los salariales sino una radiografía salarial atrasada.
Así hoy un trabajador puede cobrar en mano más que su superior según lo que percibían en 2013. Y dos trabajadores que estén cobrando, por ejemplo, $25.000 luego de los aportes de jubilación y salud, tras los descuentos de Ganancias uno puede cobrar en mano $ 19.000 y otro $ 22.000, según los ingresos que percibió entre enero y agosto de 2013.
Otra distorsión. Un trabajador con un sueldo bruto superior puede cobrar de bolsillo una cifra inferior a otro que tiene un sueldo bruto más bajo, según la situación salarial que hayan tenido en 2013, y también porque pueden tener mininos no imponibles y deducciones diferentes.
Tercera distorsión. Quienes en esos meses de 2013 ganaban menos de $ 15.000, siguen sin pagar Ganancias aunque ahora ganen mucho más, por ejemplo $ 40.000, $ 60.000 mensuales o $ 100.000 mensuales. Y quienes ganan esos sueldos, si estaban alcanzados por Ganancias en 2013, ahora resignan entre 3 y más de 4 sueldos por año a manos de la AFIP.
Cuarta distorsión. Las escalas sobre las que se aplican las alícuotas siguen congeladas en los niveles de 2000, de la época de Fernando de la Rúa cuando desde entonces la inflación suma más de 1.200%. Esto convierte a Ganancias en un impuesto regresivo porque la inmensa mayoría de los trabajadores y autónomos pasan directamente a pagar tasas del 27, 31% o la tasa máxima 35%, cuando deberían aportar las tasas iniciales, del 9 o 14%. Así, un trabajador con un sueldo medio paga el 35% como una persona muy rica.
Quinta distorsión. Con cada aumento salarial, la que AFIP se queda con un 15, 20 o 30% del aumento salarial. Es que la falta de actualización del mínimo no imponible de Ganancias y de las escalas sobre las que se aplican las alícuotas lleva a que con cada aumento nominal del salarial, el trabajador aparezca con una "ganancia neta" mayor y puede subir de escala y paga una tasa mayor. Eso lleva a que le descuenten una porción mayor del sueldo. Este año, con una suba salarial del 27%, luego de Ganancias el trabajador percibiría un 21,4% de aumento porque 5,4 puntos o el 20% del incremento salarial se lo lleva la AFIP.
No terminan aquí las distorsiones e inequidades. Una de las más importantes y que afecta de manera global a los alcanzados por este impuesto es que, por la falta de actualización por inflación, los trabajadores pueden tener una caída del salarial o ver disminuido su poder de compra – porque el incremento de los precios supera a la suba salarial—y, sin embargo, pagar más por el impuesto a las Ganancias. Cobrar menos y pagar más de Ganancias es otra gran distorsión. Equivale a una doble confiscación salarial.
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