Ricardo Piglia en primera persona

1941-2017


Falleció a los 75 años, tras padecer esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

“La mejor historia del mundo es la más fácil de contar”.

“En mis libros siempre intento plantear problemas que no entiendo muy bien, como la violencia; en la Argentina estamos tratando de descifrar el enigma de lo que ocurrió en los años setenta”.

“Narrar es como jugar al póker, decía mi padre. El secreto consiste en parecer mentiroso cuando se está diciendo la verdad”.

“Conozco escritores que admiro y trabajan desde la experiencia más cotidiana. En mi caso tiendo a pensar los libros como algo que intenta ir más allá, superar ese ritual de la vida cotidiana de la repetición y buscar historias o personajes que excedan ese universo cotidiano”.

“Siempre tengo presente el final, la conclusión de la historia que escribo”.

“Yo daba cursos académicos, clásicos, seminarios de grado y de posgrado, todo muy exigente, no ‘hacía de escritor’: había que preparar las clases, leer mucho, trabajar con los estudiantes, dirigir tesis... Me interesa la enseñanza, pero la ficción es puro deseo, es absorbente, exige tiempo completo. No puedo hacer otra cosa mientras escribo, aunque al final del día haya escrito sólo dos horas”.

“Un relato puede entenderse como un modo de establecer relaciones de causa-efecto que parezcan naturales. La narración, en general, establece en la experiencia caótica y confusa que tenemos de la vida la sensación de una linealidad, de una causalidad”.

“La lectura persistirá y la lectura literaria estará siempre a la vanguardia, porque es la más lúdica y la más compleja. Después, cómo serán las formas futuras de los modos de leer, es una intriga”.

“La experiencia de la enfermedad es la de la injusticia en estado puro. Hay muchas cosas que ya no puedo hacer, pero puedo seguir leyendo y escribiendo. Estoy de buen ánimo porque sigo dándole poca importancia a la realidad”.

“La literatura es una relación con la experiencia donde uno está al mismo tiempo viviendo y registrando”.

”Sólo en la mente de los traidores y de los viles, de los hombres como yo, pueden surgir los bellos sueños que llamamos utopías”.

“Todas las historias del mundo se tejen con la trama de nuestra propia vida”.

“Uno escribe porque está desajustado con la vida”.

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