Arte y moda, una alianza cada vez más rentable
La tendencia se consolida con la colaboración entre Jeff Koons y Louis Vuitton y la muestra actual de Rei Kawakubo en el Museo Metropolitano de Nueva York
JUEVES 24 DE AGOSTO DE 2017 • 14:28
Nathalie Kantt
PARA LA NACION
SEGUIR
1
MONTEVIDEO.- A mediados de abril, 200 personas del mundo de las artes y la cultura se reunieron en una cena de gala en el Louvre para celebrar una nueva colaboración entre el arte y la moda. El artista estadounidense Jeff Koons y la casa francesa Louis Vuitton crearon una nueva línea de bolsos y accesorios, Masters, con impresiones de cinco cuadros maestros: La Gioconda de Leonardo da Vinci; La caza del tigre de Peter Paul Rubens; Marte, Venus y Cupido, de Tiziano; Campo de trigo con ciprés, de Vincent Van Gogh, y La rosquilla de Jean-Honoré Fragonard.
Las carteras incluyen el nombre del pintor en letras grandes y metalizadas, al igual que el monograma (LV) y las iniciales del artista (JK). En su interior contienen una explicación del cuadro, un autorretrato del pintor con su biografía e información sobre Koons, representado por su famoso conejo inflable.
Como explicó una vez el director de la revista francesa Beaux-Arts, Fabrice Bousteau, la moda -y no es la única- siempre quiso tener el aval del arte. Como bien de consumo, su existencia no dura en el tiempo y busca un valor estético superior. En este caso, la moda apela al arte contemporáneo, que a su vez convoca al arte antiguo. A ello se suma el hecho de que, en tiempos de vacas flacas con menos ayudas estatales, las iniciativas de las casas de lujo se convierten en dosis de oxígeno, incluso para instituciones como el Louvre.
La colección que presentó Louis Vuitton es la primera etapa de una colaboración que no pretende mantenerse como edición limitada. En otoño se multiplicará con nuevas obras, siempre alrededor de esos temas que atraviesan la historia del arte: un retrato, una escena de caza, una escena de amor, un paisaje, una escena de juego. Algunos lienzos, como La Gioconda, seguramente se reimprimirán en varias alternativas, mientras que otros modelos tendrán una vida más corta. Los desnudos, por ejemplo, están excluidos de las boutiques instaladas en ciertos países musulmanes.
Más allá de las críticas y de la polémica, para los cinco museos asociados es una buena noticia: verán circular entre su público a varios clientes intrigados por ver la versión original de las obras que cuelgan de sus hombros.
Última etapa de una serie
Lo de Koons forma parte de una revolución que Louis Vuitton inició en 2001, de la mano de Marc Jacobs. El diseñador se unió con artistas para renovar la imagen de la marca, algo estancada en los años noventa. Así, aparecieron los graffitis del estadounidense Stephen Sprouse en una serie de carteras y bolsos, las cerezas del japonés Takashi Murakami mezcladas en el clásico monograma, las pinturas del fotógrafo Richard Prince impresas sobre el cuero y los lunares de Yayoi Kusama. Koons, monstruo o genio según quien lo mire, va un poco más lejos, al agregar sus iniciales al lado del monograma. Fiel a su estilo, se divierte en vender el mismo bolso que se encontraría en un bazar pero a un precio mucho más elevado, destinado a los nuevos ricos: mismos gustos que quienes compran souvenirs pero presupuestos considerables.
Lafayette con galería propia
Conocidas como espacio emblemático de París para el shopping, las galerías Lafayette también decidieron incursionar en el arte. Además de "La galería de las galerías", un espacio de exhibición en el edificio haussmaniano al lado de la Ópera, la familia propietaria creó la Fundación Lafayette Anticipation, que tendrá su propio espacio en octubre. Su sede será en un edificio del Marais, actualmente restaurado por el arquitecto Rem Koolhaas, el mismo que construyó la Fundación Prada en Milán.
La Fundación Lafayette, creada para acompañar técnica y financieramente a artistas, se alojará en 2500 metros cuadrados de superficie (1000 destinados a la exposición) y será la primera construcción del arquitecto holandés en París. Un sueño de Guillaume Houzé, coleccionista y quinta generación de herederos de la familia dueña del imperio comercial.
En Francia hay cada vez más fundaciones privadas volcadas al arte contemporáneo, como Vuitton en los bosques de Boulogne o la próxima Pinault en el corazón de la ciudad. Ambas tienen la ambición de mostrar colecciones y organizar exposiciones, mientras que la de las galerías Lafayette se distingue porque su objetivo es acompañar a los artistas y ser productora de proyectos que a veces duran dos o tres años.
Miuccia Prada, por amor al arte
Una de las fusiones mejor logradas entre arte y moda es la iniciativa de la heredera de Prada, Miuccia Prada. Tradicionalmente conocida como una ciudad "industrial", Milán perdió esta característica si se escucha a quienes la habitan. Ello se ve en el barrio elegido por la nieta del fundador de la casa de prêt-à-porter para construir su Fundación, un centro de arte contemporáneo de 19.000 metros cuadrados que, además de exposiciones temporarias, exhibe gran parte de su colección personal.
Las diez unidades proyectadas por el arquitecto holandés Rem Koolhaas se levantan en lo que solía ser una destilería, en la periferia de la ciudad. Además de exposiciones y sala de cine, el visitante puede consultar libros raros en una biblioteca o comer algo en el bar Luce, diseñado por el director Wes Anderson, que recrea el espíritu de los cafés clásicos milaneses de los años 50 y la galería Vittorio Emanuele. La particularidad, en las antípodas de Koons y Vuitton, es que no hay una boutique que venda arte hecho marketing (como remeras, tazas, imanes o cuadernos).
Un lugar en el museo
A principios de mayo, el Museo Metropolitano de Nueva York inauguró la exposición El arte de lo intermedio, un homenaje a la moda revolucionaria y conceptual de la japonesa Rei Kawakubo, fundadora de la marca Comme des Garçons. El Met reúne hasta septiembre 140 piezas, algunas presentadas en altura, creadas por esta mujer de 74 años tras casi medio siglo de trabajo. En más de 70 años de vida, el Costume Institute, espacio de moda del museo, sólo había consagrado una vez una exposición a un diseñador en vida: Yves Saint-Laurent, en 1983.
A esta tendencia mundial de hacer entrar la moda en las salas de los museos, y de proponer al público un recorrido por la vida y obra de un costurero como si fuera un artista, se sumó el Grand Palais en 2015. Creado hace 50 años para exhibir los grandes clásicos como Rembrandt, Picasso y Cézanne, decidió exponer hace dos años la obra de un diseñador de moda, Jean Paul Gaultier, así como el Victoria & Albert Museum de Londres lo hizo con Alexander McQueen, director creativo de Givenchy desde 1996 hasta 2001.
Comentarios
Publicar un comentario