Fabio Zerpa: "Con Spielberg hicimos mucho por los extraterrestres"
El especialista en ovnis, a los 89 años, tiene un nuevo libro. Dice que antes era "el loco" y ahora es "el maestro", y que los ET son iguales a nosotros.
Zerpa, único e inimitable. Fotos: Silvana Boemoho
-¿Ya hay distintos modelos de platos voladores o siempre son redondos?
-Esto no es como hablar de un Ford 2017, pero sí, hay 166 tipos de platos voladores, 166 formas distintas... Sería bueno que quede claro que los extraterrestres no son raros como en la ciencia ficción. Tienen cabeza, hombros, un torso, dos brazos, dos piernas. Son iguales que nosotros. Por eso Andrés Calamaro está en lo cierto cuando en la canción (Fabio Zerpa tiene razón, deHotel Calamaro, 1984) dice que los marcianos se encuentran entre la gente. Eso quiere decir que tranquilamente podemos confundirnos con ellos.
El cielo era perfecto, un cielo totalmente despejado y de un color celeste como pocas veces. Fabio Zerpa giró su cabeza y vio lo que vio. El artefacto volaba, lo seguía. “Eso que estaba observando no tenía hélices ni alas ni ventanas. Nada de aquella primigenia cohetería espacial. Lo vi venir. Lo tuve a 1.500 metros y se detuvo. Yo no entendía cómo hacía para vencer la fuerza de gravedad y no desplomarse a tierra. De golpe realizó un movimiento de 60 grados y se perdió en el cielo a una velocidad increíble en dirección al norte argentino. Todo en silencio, sin el menor ruido”.
Zerpa con su mujer, Adriana
El encuentro del tercer tipo más cercano que tuvo Fabio Zerpa ocurrió en 1959. Mientras el actor veía su primer un plato volador, el Che Guevara andaba haciendo la Revolución Cubana. Hasta ese momento Zerpa era un joven actor y galán de teatro, radio y televisión. Después se transformaría en investigador, parapsicólogo, ovnílogo, historiador. Su sideral curiosidad lo llevo a dirigir la Organización Nacional de Investigaciones Espaciales (ONIFE) y el Centro de Estudios Psicoespaciales (CEP).
Insistir medio siglo con una idea hace que esa idea se caiga de madura. A Fabio Zerpa, sin duda, le debemos el capítulo alienígena de nuestra cultura popular.
“La década del ’60 es emblemática, cambió todo. Yo pertenecí a esa Generación con mayúscula. Nosotros cambiamos este país.Aplicamos lo que Los Beatles hicieron en otro lado”.
Fabio vive con Adriana, su mujer veinitipico años más joven.Los dos solos y un perrito en el medio de la nada. No tienen hijos y hace unos años compraron una casa que parece salida de un cuento. En rigor, una cabaña en un lugar indeterminado del Gran Buenos Aires. Indeterminado por que Zerpa y señora prefieren que no se publiquen coordenadas para poder tener total y absoluta intimidad. Temen peregrinaciones.
Este año, Fabio cumple los 89. Hay que hablarle fuerte, pero salvo la sordera pasajera, el tipo está fino y se viste con una campera deportiva como las que usaba Fidel.
Adriana era una alumna suya que una vez le dijo “te amo”. Lo cuenta Fabio y se te pone la piel de gallina: “Me dijo te amo con una convicción tan potente que la frase parecía estar alojada acá -y se toca el estómago-. Me quedé sin palabras y me fui a casa bastante conmovido. A la noche la llamé por teléfono y empezó la relación. Después de tantos años, como 30, siento que ella es mi lado femenino. Mi alter ego”.
Dice que tuvo un encuentro cercano en 1959
A simple vista forman la pareja ideal. Ella toma nota de lo que Zerpa piensa o dice en voz alta. Ese fue el método utilizado paraSeñales en el cielo, su último y reciente libro. Al parecer, Fabio convierte pensamientos en líneas perfectas listas para imprimir. “¿Vos sabías que la gente me toca la cabeza porque dice que yo traigo suerte?”. Debe ser un tema generacional: la señora Mirtha Legrand también se jacta de su efecto mágico.
-Tu nombre, Fabio Zerpa, está asociado a la vida inteligente en otros planetas. Hiciste mucho por los ovnis y los extraterrestres, pero daría la impresión de que el esfuerzo no fue recíproco. ¿Cómo lo ves?
-Sí, es verdad. En 1968 el periodismo me tomaba en broma y yo estuve muy muy mal. Llegué a colgar los botines. Basta de ovnis, me dije. Fue un año y medio en el que no quise saber absolutamente nada hasta que una maestra me invitó a un colegio para que diera una charla. Eso fue en el San Martín de Tours. Los chicos preguntaban cómo hacían los extraterrestres para ir de un lugar a otro, qué comían... Es decir, ellos daban por sentado lo que yo pensaba, que los extraterrestres existían. Tan satisfactoria fue esa charla que volví al tema para siempre (...) Con Steven Spielberg le dimos una manija bárbara a Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, su película. Te voy a contar una anécdota: Spielberg tenía 24 años, era un pibe y le gustaba mucho la problemática de ovnis desde los 14. Eso hizo que él quisiera hacer una película, pero necesitaba cinco millones de dólares para que la gente que había trabajado en 2001 Odisea del Espacio(Stanley Kubrick, 1968) le construyera el plato volador. ¿Entonces que hizo? Hizo Tiburón, recaudó una fortuna y eso le sirvió de argumento para encarar su verdadero proyecto. Cuando finalmente filmó su película tuvo el buen tino de que los grandes investigadores del tema colaboremos presentando Encuentros Cercanos... A mí me tocó hacerlo en la Argentina, Uruguay, Chile. Me llegó un telegrama de la Columbia pidiendo que yo me ocupara de la película en esta zona del mundo.
-Pero hoy no se habla tanto del tema. ¿Pasaron de moda los ovnis?
-No comparto esa visión. En el libro hablo de lo que vendrá y digo que en el siglo XXl estamos viviendo una nueva etapa de la Humanidad. El homo sapiens no existe más; ahora está el homo spiritualis. Hemos vivido en la constelación de Piscis y la Tierra se ha corrido entrando en Acuario. Esto empezó a suceder hacia 1992. El recambio ya empezó y es paulatino. La etapa de transición durará hasta el 2050 en que todo cambiará definitivamente: se viene la etapa del saber. El planeta Tierra es un planeta de aprendizaje. Eso es lo que piensan los extraterrestres. El nuevo tiempo estará dedicado al conocer, al gran poder del ser humano, a la seguridad espiritual.
-Perdoname, no entiendo nada...
-Ahora buscamos el poder social, el poder político, el poder económico. Pero entramos en la era de la seguridad interna del individuo. El consumo y el materialismo están en crisis. Llega el amor, la comprensión, el dar al semejante. Esto no es una utopía de Fabio Zerpa, es algo que dicen los profetas. Se viene la Era de Oro.
-¿Se acaban las guerras?
-Dicen que Corea va a promover la Tercera Guerra Mundial y mirá lo que te digo: ¡no habrá ninguna Tercera Guerra Mundial! Yo no creo por creer ni niego por negar. Investigo y sé que el hombre va a mejor su calidad espiritual. Esto es largo de explicar, pero es así. Por caso, Pepe Mujica dice que el capitalismo salvaje ya se terminó.
-Citás a Pepe Mujica. Muy terrenal...
-Pepe Mujica no es un hombre común y silvestre.
-¿Es un marciano?
-Es un dotado. El habla seriamente de las comunidades, de la unión de los comunes. Cuando lo escuché hablar de eso me di cuenta de que pensábamos igual. Para la gente yo soy un marciano. Norma Aleandro me dijo: vos, Fabio, sos distinto. Y es verdad, nunca formé parte de la manada que algunos sistemas quieren imponer.
-¿El tema “ovnis” te generó problemas para seguir tu carrera actoral?
-La carrera actoral yo la hacía muy bien y tuve éxito, pero había colegas, no voy a dar nombres, que me criticaban como diciendo dejate de hinchar con los ovnis... Esto no me trajo problemas ni durante el Proceso militar. Y atención con lo que voy a decir: a mí nunca me hicieron ninguna denuncia ni nada y yo sé por qué.
Dice que este es su penúltimo libro.
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-¿Por qué?
-Porque yo distraía a la gente.
-¿Considerás que fuiste “funcional”?
-Sí, pero yo no hacía otra cosa que transmitir mi mensaje. Nunca me persiguieron. Nunca se opusieron. Los actores eran peores porque sentían que yo rompía sus patrones culturales. Dejé la carrera de actor para dedicarme a mi pasión. Yo estaba haciendo La Pecosa, con María Leal, que tenía mucho éxito y le pedí al autor que me mandara de viaje, que me matara, que hiciera algo. Necesitaba abrirme.
-Ahora con los smartphones deberíamos fotografiar o grabar marcianos y ovnis por todas partes. ¿Por qué no pasa eso? ¿No son sociables?, ¿son tímidos...?
-Dejámelo pensar un poco.
-¿Podemos llegar a confundir ovnis con drones?
-Yo no lo confundiría nunca. El ovni que vi de cerca la primera vez era una plato volador alargado. Ciento cincuenta metros de largo. Una cuadra y media. Semejante mole se acercó sin hacer ruido. Era plateado. Para algunos podía tratarse del arma secreta de una potencia. En plena Guerra Fría se pensaba que los ovnis podían ser rusos... Empecé a investigar y supe que ellos se comunican telepáticamente. La telepatía es un lenguaje universal. Cada vez más vamos a comunicarnos telepáticamente y la parapsicología será más importante que la psicología. La mente clara estará unida a la mente intuitiva. Primero hay que sentir, el sentimiento no te engaña, en cambio el pensamiento y la razón no son la mejor guía.
-Cuando los ovnis vienen a la Tierra, según vos, pasan mucho por la Argentina. ¿Por qué les gusta tanto nuestro país?
-No les gusta nuestro país, vienen a centros energéticos de distintos lugares de mundo. Desierto de Gobi, Islas Canarias, Alaska, Canadá... Van por todo el planeta Tierra.
-Con un mano en el corazón, ¿no te pudriste de ovnis y extraterrestres?
-Al revés. Yo iba a ser un buen actor pero el fenómeno ovni me depositó en otro lugar y con los años pasé de ser “el loco” a ser el maestro, el guía.
-¿Cómo imaginás el final?
-La semilla está sembrada. Sólo les pido a todos ustedes que sean mejores que yo. Tienen la obligación.
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Señales en el cielo, su nuevo libro: "Los marcianos no son veganos"
Señales en el cielo no es un libro para entendidos en fenómenos espaciales extraterrestres, sino uno que comienza por el principio: 17 de noviembre de 1959, Zerpa es un joven actor de éxito incipiente que forma parte del primer clan conocido de la televisión -junto a Jorge Falcón, Javier Portales y Beto Gianola, entre otros. Durante el descanso de una grabación, Zerpa de golpe se topa conuna luz cegadora que proviene de un “bolígrafo metálico y plateado de unos 150 metros de largo”. En el prólogo se deja constancia de que esa visión marcará un destino. Como el mejor de los artistas, a Fabio Zerpa -huesped ilustre de Machu Picchu- lo fascinó un misterio y no dejó nunca de perseguirlo.
“Señales..., como bien escribió mi editora -dice Fabio- es la historia de vida de un hombre que transformó sus días en una película de ciencia ficción, pero también es la búsqueda incansable de querer saber qué hay más allá”.
Fueron años y años de investigación resumidos en apenas 200 páginas que se leen como una novela ágil, rápida. Están su encuentro cercano y otros por el estilo. En un tramo aborda el enigma de las mutilaciones de animales: los marcianos no son veganos.
“Mi hipótesis de que las mutilaciones de ganado eran realizadas por los extraterrestres quedó definitivamente arraigada en el consenso científico y popular”.
Fabio Zerpa, que además dirigió la revista Cuarta dimensión, anuncia que en breve tendrá su propio centro cultural, proyecto que financiará con la venta de su propio departamento.
Andrés Calamaro. (Foto: Martín Bonetto).
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Andrés Calamaro tiene razón
Fue en su primer disco solista. Andrés Calamaro todavía era integrante de Los Abuelos de la Nada cuando le pidió permiso para usar su nombre en una canción. El tema Fabio Zerpa tiene razón se convertiría en el único hit de Hotel Calamaro, elepé cuya tapa deja ver al futuro salmón con media cara pintada y rulos dignos del Maradona que jugaba en el Barcelona.
La canción fue corte de difusión en 1984, año en que Calamaro -a su manera- se hizo eco de la distopía imaginada por George Orwell en su famosa novela política. La letra de la canción: Fabio Zerpa tiene razón / hay marcianos entre la gente / no sé qué quieren ni de dónde son / ni que hacen aquí en la Tierra / pero de algo estoy seguro / que están copando el mundo a traición / lo dijeron por televisión / yo ya lo sabía de antes / estoy pensando en una invasión…”
-¿Sirvió esa canción para tu carrera?
-Fue vital para las nuevas generaciones que no me conocían. Un hermoso homenaje en vida. Con esa melodía me recibieron en distintos lugares del mundo. Andrés me regaló la canción y yo a él le traje mucha suerte.
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