La nueva vida de Axel


Se instaló con su familia en Córdoba, donde compuso todas las canciones de "Ser", su nuevo álbum. Vive con energía solar, tiene un campo biodinámico y dice que no siempre será músico.
La nueva vida de Axel
Axel posa para Clarín en el Museo Superior de Bellas Artes Evita, de Córdoba capital. Foto: Lucía Merle/enviada especial
Hace quince años Axel era un cantante en ascenso. Sus éxitos La clave para conquistarteTe equivocas y Mi fuerza eres tú lo posicionaban como la gran promesa del pop argentino y por dentro él buscaba encontrarse a sí mismo.
Entonces, comenzaron los retiros de silencio en Traslasierra, Córdoba. "Venía y me quedaba una semana en una carpa en medio de la montaña", recuerda hoy el cantautor de 40 años en una charla con Clarín.
Desde la provincia que hace dos años se convirtió en su nuevo hogar y fuente de inspiración, Axel se dispone a hablar de todo. Primero, cuenta que gran parte de sus últimos hits así como las 12 canciones que incluye su nuevo disco, Ser, que hoy sale a la venta, fueron escritas en ese valle cordobés limitado por diversos cordones serranos.
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Como él dice "hay ciertos lugares en donde uno fluye naturalmente". Y esa sensación, sumada a las ganas de criar a sus hijos en "un entorno más sano" hicieron que él y su mujer, Delfina, dejaran su casa de Adrogué para instalarse en el campo.
"Acá las ventanas no tienen rejas, postigos ni cortinas. En la entrada sólo tenemos una tranquera que está abierta las 24 horas y en las últimas vacaciones nos fuimos tres semanas y la puerta quedó sin llaves", recuerda el cantante y compositor nacido en Rafael Calzada.
Pero la vida de Axel en las sierras es mucho más que la tranquilidad del Interior. Él la llama "slow life" y no significa "ir lento, sino disfrutar de cada momento". "Mi vida es muy austera, tengo lo justo que necesito para estar bien y las cosas que tengo las uso en excelencia", asegura.
-¿Cómo es el Axel que no conocen todos?
-Cuando estoy en casa llevo y voy a buscar a mis hijos a la escuela, les preparo el desayuno, visto a las nenas y hasta las peino. Con Delfi también disfrutamos de hacer muchas cosas juntos: ella hace cerámica, yo tallo madera, y podemos estar así durante horas y súper conectados a la vez.
La nueva vida de Axel
Axel dice que hoy aprendió a disfrutar cada momento de la vida. (Lucía Merle)
-Y si estás de gira ¿cómo funciona el hogar?
-Laburo mucho el desapego desde hace años. Ahora, por ejemplo, que me voy 40 días no quiero que mis hijos necesiten estar conmigo. En cambio, cuando estoy en casa soy 100% papá y si no estoy, no estoy, pero por suerte la tengo a Delfi que es una campeona para bancar mi carrera y tres hijos.
-¿Te costó mucho llegar a ese equilibrio?
-Todos los días tengo la posibilidad de rediseñar mi vida, pero la base de mis valores y la visión más profunda que tengo de las cosas siempre fueron firmes. Sin embargo, en enero de 2014 cuando la internaron a Agui (su hija mayor a la que le diagnosticaron síndrome de Kawasaki) yo estaba grabando un disco y me movió todo el piso.
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-¿Qué hiciste entonces?
-Ni bien me llamaron me fui rajando a vivir la semana más difícil de mi vida. Me interné con ella y obviamente me pregunté atrás de qué estaba yendo y en qué momento iba a levantar el pie del acelerador. Pero insisto, siempre tuve muy en claro mis valores.
Axel no duda al decirlo: sus hijos, Agueda (7), Aurelia (4) y el pequeño Fermín (2) son su prioridad y aunque su amor por la música sea enorme, quizás su carrera como cantante no sea eterna. “No voy a tener este ritmo por siempre. Para la gente yo debería ser músico toda la vida y posiblemente no lo sea. En algún momento diré 'hasta acá llegué', porque también tengo muchas pasiones”, asegura.
Quizás por eso, este exitoso músico y padre de familia, quien además promueve el veganismo y el cuidado del medio ambiente, mantiene un perfecto equilibrio entre sus agotadoras giras y sus días en las sierras, esos que se ajustan a su espíritu sereno y reflexivo que insiste en volver a los orígenes.
“En casa no hay microondas, televisores ni radios. Tenemos Wifi y un proyector en el living para ver películas, pero nada más. Nos abastecemos de energía solar, la calefacción proviene de leña caída de los árboles y hasta recuperamos las aguas grises en un humedal para luego regar nuestra propia huerta”, explica sobre el hogar que comparte con su mujer y sus chiquitos.
Pero eso no es todo. Muy cerca de su refugio en la montaña, él también se animó a incursionar en la producción agrícola y ganadera. "Tenemos un campo muy grande biodinámico donde purificamos la tierra, rescatamos animales y producimos de todo, desde aceite de oliva hasta hortalizas a gran escala", cuenta orgulloso de su labor hasta ahora desconocida.
La nueva vida de Axel
Axel, durante la charla con Clarín, en Córdoba. (Lucía Merle)
-¿Ese es tu cable a tierra?
-Tengo muchos. La fundación (Sur) es otra de mis grandes pasiones. Son cuatro sedes en distintos puntos del partido de Lomas de Zamora donde unos 800 chicos asisten a talleres de cocina, tejido, taekwondo, yoga, computación y hasta tienen bibliotecas.
Mientras relata con fervor cada uno de sus proyectos en uno de los salones del Palacio Ferreyra, edificio que alberga el Museo Superior de Bellas Artes Evita en la capital cordobesa, el intérprete de numerosos éxitos melódicos como Amo¿Qué estás buscando? y Afinidad, también sonríe a cámara y descubre a aquel adolescente rebelde que fue en contra del mandato paterno para cumplir sus sueños.
Es que Axel era "terrible" de chiquito. Inclusive en su adolescencia llegó a irse de su casa durante varios meses por las peleas que tenía con su padre, quien no aceptaba su vocación por la música.
-Hace tres años confesaste haber vivido situaciones de violencia por parte de tu padre cuando eras chico. ¿Lo perdonaste?
-Totalmente. A mi papá lo amo profundamente y no le guardo rencor. Acepto lo que pasó, porque seguramente él estaba dando lo mejor de sí mismo. Hay que dejar de juzgar a la gente y entender que la mayoría de las veces los padres dan lo mejor que pueden y lo que está a su alcance.
-¿Considerás que eso te ayudó de algún modo en tu vida y en tu carrera?
-Sí. Creo que mi papá me generó un patrón de conducta que después me dio muchos beneficios e inevitablemente funcionó en mi carrera . Yo me esforzaba al máximo para agradarle y tener su amor y eso después me pasó con la gente, me hizo ser carismático y dar lo mejor de mí siempre para que todos me quieran.
-¿Cómo es la relación actual entre ustedes?
-Buenísima. De hecho, el año pasado, lo invité a ver la final de la Copa Davis a Croacia y como frutilla del postre también fuimos a Bélgica, que es su país de origen al que nunca había regresado desde chiquito. Cierta gente alrededor mío me decía 'con todo lo que hizo tu papá, vos le preparás semejante sorpresa' y yo cero rencor. Compartimos diez de risas, charlas, llantos y creo me dio más abrazos que en toda mi vida.
La sesión de fotos terminó y Axel comienza a firmar autógrafos y saludar a decenas de estudiantes que se filtran por uno de los salones del museo de Bellas Artes cordobés. Pero antes de despedirse de Clarín y perderse entre los fans, llegar a decir con modestia: "Soy feliz. No necesito nada más de lo que tengo".

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