LUTO EN EL SÉPTIMO ARTE Ettore Scola: adiós al apasionado que combinó compromiso y humor corrosivo


El enorme cineasta italiano falleció en Roma, anoche, a los 84 años.

Falleció el director italiano Ettore Scola

El cineasta Ettore Scola, autor de clásicos como “Feos, sucios y malos”, “El baile” y “Un día muy particular”, murió anoche, a los 84 años, en Roma. 

El guionista y cineasta nacido el 10 de mayo de 1931 en Trevico, al sur de Italia, se encontraba en estado de coma desde el domingo. Estuvo acompañado por su esposa, Gigliola, y sus hijas Paola y Silvia.

Formado en la comedia italiana de posguerra, escribió numerosos guiones antes de debutar como director con “Parliamo di donne”, en 1964. Su última obra fue el documental “Que extraño llamarse Federico”, en honor a Federico Fellini.

Scola fue uno de los grandes cineastas italianos de todos los tiempos y sus obras siguen siendo objeto de admiración más allá del paso del tiempo.

Incisivo, polémico e innovador fue, por sobre todas las cosas, un agudo observador de su tiempo.

Al promediar la década del 50, Scola dejó la carrera de abogacía para dedicarse al cine, primero como guionista en línea con Ruggero Maccari, con quien trabajó en numerosas oportunidades, pero también con Agenore Incrocci y Furio Scarpelli, en filmes como “Las noches de Cleopatra”, de Mario Mattoli, con Sofía Loren y Alberto Sordi; o “La marcha sobre Roma”, de Dino Risi.

Con Maccari, y Tulio Pinelli, escribió para Dino Risi el guión de “Un italiano en la Argentina” (1965), sobre un agente de prensa que encabeza una delegación italiana que viaja a Buenos Aires para participar en el Festival de Cine del Mar del Plata.

Sin embargo, su verdadera fortaleza se materializó en las películas que él mismo dirigió desde la década del 60, con obras asumieron un fuerte compromiso a la hora de tocar temas dramáticos con un humor muchas veces corrosivo.

Ha dirigido a figuras notables del cine italiano, como Marcello Mastroianni, Sofia Loren, Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Nino Manfredi, Stefanía Sandrelli, Alberto Sordi y Massimo Troisi; y otros europeos, como Gerard Depardieu y Emanuelle Beart; y hasta los estadounidenses Jack Lemmon y Harvey Keitel.

Títulos memorables son “Hablemos de mujeres”, “Nos habíamos amado tanto”,  “Señoras y señores, buenas noches”, “Un día muy particular”, “La terraza”, “Pasión de amor”, “La noche de Varennes”, “El baile” y “Sucios, feos y malos”.

Este último, con el que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes, estuvo varios años prohibido en la Argentina por la censura. En esta película, su mirada ácida a las clase marginales romanas, generó polémica y a la vez admiración. Para muchos de sus seguidores es su auténtica obra maestra, en la que se destaca el trabajo de Nino Manfredi.

“Nos habíamos amado tanto”, con Manfredi y la Sandrelli, es la dura crónica de la historia de Italia, desde la posguerra hasta la década del 70, narrada a través de un grupo de amigos izquierdistas que se conocieron cuando lucharon contra los nazis, un retrato del idealismo y la  inevitable pérdida de las ilusiones que genera la escala social.

“Un día muy particular”, con la Loren y Mastroianni, superó todas las fronteras. En la Argentina la interpretaron primero José Sacristán y Charo López; y tiempo después Daniel Fanego y Ana María Picchio.

En “El baile”, Scola escribió un guión sin diálogos en el que cuenta una historia que transcurre en un salón de baile francés que arranca en 1920 y atraviesa los años, describiendo los cambios que van operando en todo ese tiempo, a través de una excelente musical.

También llevaron su sello “Macarroni”, “La familia”, “Splendor”, “¿Qué hora es?”, “Mario, María y Mario”, “Crónica de un joven pobre”, “La cena” y “Competencia desleal”

Además del reconocimiento de la crítica y del público, Scola recibió premios en Cannes, Berlín y Venecia. Estuvo nominado cuatro veces a los Oscar.

PUNTOS DE VISTA

Eterna vigencia
Por Pedro Arturo Gómez - Prof. de la escuela univ. de cine - UNT

Ettore Scola fue uno de los directores más emblemáticos del cine italiano y un grande en la historia del cine mundial. Muy representativo del cine italiano por su contribución al género “Comedia all italiana”, no quedó encorsetado en este género. También contribuyó con el surgimiento del neorrealismo grotesco.

La película “Feos, sucios y malos” es su obra más importante. En su realización tomó elementos del género neorrealismo (haciendo hincapié en la expresión socioeconómica, en la actividad de los proxenetas) y lo transformó en un humor grotesco.

Vittorio Gassman y Stefania Sandrelli fueron actores muy reconocidos junto a los filmes de Scola. “Un día muy particular”, con Marcello Mastroianni y Sophia Loren, también es una de sus creaciones recordadas.

Scola realizó un homenaje al cine con la película “Splendor”, con Massimo Troisi, Mastroianni y Marina Vlady, pero no fue tan reconocida ni recordada como “Cinema Paradiso”, amada por el publico y odiada por los críticos.

Las películas de Scola desbordan cualquier genero. No perdieron vigencia ni intensidad. Son eternamente jóvenes.

Realizar hoy una comedia grotesca y realista no sería posible sin tomar elementos de sus filmes. Los más importantes fueron:  “Nos habíamos amado tanto” (1974), “Feos, sucios y malos” (1976), “Una jornada particular” (1977), “El baile” (1983), “La familia” (1987) y “Splendor” (1989). 

El cine está un poco más triste
Por Juan Carlos Di Lullo - Crítico de cine - periodista - actor

Nos marcó el alma con sus películas. Desde ellas, con la universalidad de los genios, pintó su aldea para mostrarnos el mundo. Ettore Scola posó los ojos de su cámara en las relaciones humanas para echar luz sobre la ternura, la pasión, la resignación y la esperanza que jalonan la vida cotidiana de las personas y las transformaciones que el tiempo opera en las conductas personales, sin dejar de pintar el medio social de sus personajes. 

A mediados de los 60 irrumpió con “Hablemos de mujeres”, irreverente comedia que marcó el inicio de una larga colaboración artística con Vittorio Gassman. Ya era un consagrado libretista y guionista (entre sus  trabajos se encuentra la incomparable “Il sorpasso”) cuando, a mediados de los 70, entregó al público tres de sus más colosales producciones: “Nos habíamos amado tanto” (1974), “Feos, sucios y malos” (1976) y “Un día muy particular” (1977). Después llegarían “La familia” (1987) y “La cena” (1998), imprescindibles en su obra.

Hace un par de años, en el Festival de Cine de Mar del Plata, se proyectó “¡Qué extraño llamarse Federico! Scola cuenta a Fellini”. Poco más de 90 minutos de plena emoción para homenajear a su amigo y maestro. Un canto de amor al cine y al mundo que rodea a las películas. Fue la última producción de Scola: el broche de oro a su extensa carrera. 

El maestro se ha ido. El público de todo el mundo ya extraña esas citas con la emoción.
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