El Chino Darín: "En España se vive mucho mejor que acá"


El actor habló con LA NACION sobre sus días en Madrid, la fama y sus nuevos proyectos
DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE DE 2016 • 12:42
Chino Darín
Chino Darín. Foto: gentileza Urban
El Chino Darín (27) está en su mejor momento y lo sabe. Sin embargo, prefiere mostrarse con un bajo perfil, relativizar sus logros, desmitificar su fama y reservar- dentro de lo posible- su vida privada, que por estos días ocupa la portada de las revistas gracias a su romance con la actriz española Úrsula Corberó.
Está muy enamorado, sí. Pero también su presente laboral lo tiene entusiasmado e inquieto. Después de haber protagonizado el exitoso unitario Historia de un clan, el actor siguió los pasos de su padre, Ricardo, se instaló en Madrid y empezó a apostar por el cine y la televisión española. Estuvo viviendo en la península ibérica durante diez meses y le pasó de todo. Primero protagonizó La Embajada, una serie sobre política y corrupción, que le regaló la posibilidad de llegar al prime time, ser visto por más de cuatro millones de personas, compartir cartel con Belén Rueda y conocer a su actual pareja. Hay más: también se dio el gusto de rodar junto a Penélope Cruz el film La reina de España, de Fernando Trueba.
Después de haber disfrutado recientemente unos días en Bariloche junto a su familia y su novia, el Chino habló con LA NACION sobre sus días en el viejo continente, su activo presente y sus nuevos proyectos.
-¿Cómo fue la experiencia de trabajar en España?
-Fue muy buena tanto en el ámbito laboral como en el personal. Fue un desafío. Probé algo nuevo, descubrí otras vertientes de esta profesión, conocí gente, me alejé de mi casa. Salí de mi lugar de comodidad y eso es muy productivo.
-¿Qué tal te resultó salir de tu zona de confort?
-Al principio fue duro, sobre todo el primer mes y medio. Cuesta estar lejos de ese circuito que uno tiene curtido en el día a día, de la familia y las amistades. Extrañé, por ejemplo, llegar a la casa de mis viejos y que me reciban mis perros como si fuese una fiesta. Ese es un festejo que me hace sentir que estoy en casa y que me resulta muy difícil de equiparar con cualquier otro tipo de alegría. Era algo que me faltaba allá. A medida que pasaba el tiempo, me daba cuenta que me costaba no tener a mano lo cotidiano. Si bien mis viejos y mis amigos fueron a visitarme, por momentos estaba con el corazón acá y la cabeza en España.
-¿Cómo te resultó la vida en Madrid?
-Allá se vive de puta madre. Se vive mucho mejor que acá. La calidad de vida es otra. La gente tiene otras preocupaciones en su día a día. Yo no cambio a Buenos Aires por nada, pero en Madrid se vive bien, se trabaja bien. Si tenés un fin de semana libre, podés viajar a cualquier lugar. Doy mi brazo derecho por un asado, pero España es el país donde mejor se come. Una cosa no quita la otra. Amar tu país no significa que no la puedas pasar bien en otro lado. El argentino tiene algo con la argentinidad... Se suele pensar que si te vas sos un "vende patria" y no es así. El que toma la decisión de irse extraña el mate, el campo, los amigos.
-Después de haber protagonizado una serie que fue un éxito en el prime time español, tu popularidad allá creció muchísimo. ¿Cómo te llevaste con eso?
-No tengo un grupo de fans esperándome en la puerta para darme un beso, los fans no me quieren [risas]. Por ahí, me sentaba a tomar algo en algún lado y se me acercaba una señora, me preguntaba si yo era el de la tele y me pedía que me sacara una foto para mandársela a su hija. Pero no va más allá de eso. En España, son un poco menos invasivos. Acá, la gente tiene la sensación de que sos suyo porque sos famoso. Está la idea de que te debés a tus fans porque si ellos no están del otro lado, vos no sos nada. Estoy un poco peleado con esa idea. Esto no quiere decir que no agradezca las muestras de cariño de los espectadores, que son una parte fundamental y necesaria, pero cuando se avasallan los derechos de uno, es un poco incómodo. Una cosa es un reconocimiento afectuoso y otra, lo ferviente, los fans. De todas maneras, yo no padezco esa enfermedad. La verdad, se me acerca más gente para pedirme que le mande un saludo a mi viejo que para sacarse una foto conmigo.
-Cumpliste el sueño de muchos: filmar con Penélope Cruz
-Estuve mucho tiempo deslumbrado por la situación. Entiendo que lo que vende es Penélope, pero la verdad es que fue una producción muy grande, con un director espectacular, con gente de distintas partes del mundo, con la que viajamos a Budapest para rodar una película situada en los años '50. Estuve tan focalizado en que tenía que hacer un personaje con acento español que quizá no tomé dimensión de todo lo que estaba viviendo. Todavía no termino de digerir toda esa aventura. Sin dudas, fue una de las experiencias más importantes de mi carrera, pero tampoco hay que magnificarla. En definitiva, me levantaba todos los días a las cinco de la mañana y comía con Penélope como con cualquier otra actriz. Sí, es Penélope y es una crack: talentosa, divina, súper humilde. Es todo lo que te gustaría que fuera una compañera de laburo, pero también he trabajado con otras actrices así. Son momentos para disfrutar, los he gozado y lo agradezco.
-¿Qué proyectos tenés ahora?
-A fines de septiembre viajo a España. En octubre voy a filmar una película en Barcelona. Es una comedia dramática y el director es Mateo Gil.
-Ojalá que sí. No lo sé aún. Me junto a charlar con él esta semana para saber cuándo y cómo se hace. Me encanta que le den apoyo a Luis y lo dejen filmar porque es un tipo que tiene mucho para ofrecer.
-¿Volvés a la Argentina o tenés pensado radicarte en España?
-No, no me voy a quedar a vivir allá ni loco. Ahora, no. Vuelvo en diciembre, para las fiestas.
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