En Broadway “Aladdin” deja volar la imaginación
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El musical de Disney
No llega a tener la espectacularidad de “The Lion King”, pero la magia está intacta, alfombra mediante.
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NUEVA YORK. Enviado especial
La magia no sólo es cosa de chicos. Mientras se escucha A Whole New World, allí, sobrevolando el escenario del New Masterdam Theatre Aladín y Jazmín están sobre la alfombra mágica y no se ven hilos, ni cables ni ningún artefacto que los sostenga suspendidos en el aire. Ellos vuelan y con ellos vuela la imaginación del público, que llena todas las butacas en todas las funciones de Aladdin, el musical éxito de Disney en Broadway.
Ya la cola frente al New Amsterdam Theatre, en la 42 entre la Séptima y la Octava avenida -una zona que hasta hace unos años era territorio de lumpenaje, a escasos metros de Times Square- ofrecía una particularidad. Casi no había niños esperando el acceso. Adentro, de las 1.702 localidades disponibles, a simple vista el 98% éramos adultos.
Aladdin tiene como base la película de Disney estrenada en 1992 más que el relato en Las mil y una noches. La nueva partitura incluye, por supuesto, las cinco populares canciones de la película de Ron Clements y John Musker (que están a días de estrenar en la Argentina Moana, otra animada de Disney) y hay una decena nuevas, con música de Alan Menken, el compositor original.
Y por supuesto que hay cambios en la trama y en la puesta en escena. Por de pronto, no está Abu, el monito que acompaña a Aladín, reemplazado por tres sidekicks de carne y hueso con los que el protagonista, al menos, puede conversar y recibir respuestas. E Iago, el ayudante de Jafar, no es un loro ni un hombre disfrazado de loro, sino un comediante.
Quizá todo parece tan impecable e inmejorable porque los tres intérpretes centrales Adam Jacobs (Aladín), Courtney Reed (Jazmín) y James Monroe Iglehart (El Genio) son los mismos que vienen protagonizándolo desde un tour por Seattle en julio de 2011, y que luego recalaron en Toronto, hasta arribar a Nueva York.
Ninguno es un improvisado: Jacobs, entre otros roles, fue Simba en The Lion King, Reed fue Carla en In the Heights y estuvo en Mamma Mia!, e Iglehart ganó el Tony como mejor actor de reparto por encarnar al Genio, y aquí es una figura ya popular. Apenas “sale” de la lámpara que lo reciben con una ovación.
Y si esa voz de Jafar nos parece reconocible, es porque Jonathan Freeman le ponía la voz al malvado de la película hace ya 24 años.
James Monroe Iglehart acepta su premio Tony como mejor actor secundario en unmusical, por "Aladdin". AP
Aladdin es el noveno estreno en Broadway de Disney Theatrical Productions tras éxitos y también fracasos. La antecedieron Beauty and the Beast (1994), The Lion King, Aida (de Elton John, sonoro traspié), Mary Poppins, Tarzan, The Little Mermaid, Newsies y Peter and the Starcatcher.
No tiene la espectacularidad de The Lion King, tantas veces anunciado para arribar a la calle Corrientes y nunca concretado, pero sí movimientos de escenografía, cambios de vestuarios y, tal vez lo más importante, coreografías lujosas que todos, protagonistas y ensamble, hacen a la perfección. Y eso que son muchos sobre el escenario.
Si usted planea viajar a Nueva York, o simplemente quiere ver cómo se sentiría en una butaca del New Amsterdam, la tecnología se lo permite. Ingresando desde la web del musical (http://www.aladdinthemusical.com/tickets), no sólo se pueden adquirir las entradas -como con cualquier otro show en Broadway, ya que instantáneamente a un click de distancia lo derivan a Ticketmaster.com; van de 55 a 200 dólares), sino que puede ver la disponibilidad de butacas, y con un click más, hasta cómo se ve el escenario desde esa posición.
Las entradas salen más baratas -si el término barato se puede aplicar- que en otros sitios de la web, donde una orchestra (platea) puede llegar a cotizarse 6.500 pesos.
“The Book of Mormon”. Uno de los clásicos, ganador de 9 Tony.
No todo es "Aladdin" en la cuna del musical
En materia de musicales la oferta es amplísima, pero los visitantes en Broadway suelen preferir ir a lo seguro. Esto es, apuestan por los clásicos, que así refuerzan la categoría de clásicos, porque no bajan nunca de cartel.
Entre ellos están Wicked, The Lion King, The Book of Mormon, The Phantom of the Opera y Kinky Boots, entre otros. Y hay que apurarse, porque en días ya bajan de cartel Matilda (el mismísimo 31 de diciembre) y Jersey Boys (15 de enero).
Y vuelven estrellas como Glenn Close (69), para ser Norma Desmond en Sunset Boulevard (que en los ’90 hizo en Los Angeles y en Broadway), con previews desde el 2 de febrero, y Hello Dolly!, que empieza sus previews el 15 de marzo, con otro retorno, el de Bette Midler (71) -igual, no se preocupe, que hasta el 6 de mayo está todo agotado-; Miss Saigon, con el helicóptero descendiendo en escena (previews desde el 1° de marzo; estreno, 23 de marzo). Y el 9 de marzo estrenan Amélie, sobre la película con Audrey Tautou, con Philippa Soo (mejor actriz por Hamilton).
Precisamente en Hamilton, a ritmo de hip-hop, ya se bajó del escenario Lin-Manuel Miranda, su creador y protagonista, pero el musical sigue en pie. Ganador de 11 Tony este año, hay gente que hace cola afuera del Richard Rodgers Theatre esperando devoluciones de día (que suele haber), con frazadas y comida caliente. Acaban de habilitar entradas hasta el 5 de noviembre de 2017, así que, a apurarse.
También está la opción de la Digital Lottery: para hoy hay 2 tickets -y en primera fila- a sólo 10 dólares cada uno. Hay que anotarse de 9 a 14 (https://lottery.broadwaydirect.com/show/hamilton/) y esperar que la lotería lo ayude.
Pero para los que no pueden esperar, pueden conseguir tranquilamente sus tickets en la orchestra (nuestra platea) por Internet en la resale o reventa. En vez de US$ 200, para hoy mismo, en la función de las 15, se ofrece fila 2 al centro por US$ 1.870. Hay cuatro plateas juntas, por si quiere ir con los chicos y la suegra.
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