Marcelo Perusso: “No hago teatro, hago ópera”
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Música. Entrevista a Marcelo Perusso
El regisseur habla de su puesta de “Capuletos y Montescos”, la ópera de Bellini que sube a escena mañana en el Avenida.
Capuletos y Montescos, la ópera de Bellini que comenzará a representarse mañana en el Avenida con producción de Buenos Aires Lírica, cuenta con dirección de escena y escenografía de Marcelo Perusso.
La obra es un caso bastante particular dentro del bel canto porque ha tenido representaciones muy escasas. “No sólo es especial por eso, también lo es porque Bellini la escribió en sólo dos meses, cuando normalmente se tomaba mucho más tiempo para componer una ópera.” Pero en este caso, retoma una obra anterior, “Zaira”, ¿no?
Sí, y es importante aclarar que toda la historia está tomada de un texto anterior al de Shakespeare. Aunque sucede lo mismo, hay personajes con otros nombres. Hay una visión trágica del Romanticismo. En ningún momento Romeo y Julieta tienen un encuentro amoroso, siempre están en conflicto. No está toda esa visión amorosa que hace Shakespeare.
¿Por qué se hace tan poco?
Porque tiene una enorme dificultad para las voces. Es cierto que Norma o La Sonámbula son difíciles de cantar e igual se hacen mucho. El bel canto, más allá de lo bueno que pueda ser para la voz, es muy difícil de hacer, porque está pensado para que el cantante muestre todas las herramientas que posee. Y es lógico suponer que no son muchos los cantantes que tienen todas las herramientas. Las obras de Puccini o de Verdi exigen menos herramientas vocales. Con excepción de La Traviata, que pide una soprano muy completa, el resto requiere un tipo de cantante con habilidades particulares.
¿Cuál es la idea de la puesta?
Quiero ir al fondo de los personajes. Romeo es un apasionado; no mide, para él todo se puede lograr. Es demasiado joven para reconocer límites. Julieta es también muy jovencita y está acostumbrada a vivir cobijada por su familia. No se anima a dar el gran paso de huir con el enemigo de su familia.
¿Vas a ambientarla en el Renacimiento?
No. Permanecemos en Italia porque lo pide el libreto. La escenografía tiene un dejo de clasicismo, pero el vestuario es actual.
¿Por qué la elección de traerla tan acá?¿Hay alguna otra razón que la didáctica de mostrar que ese drama es eterno?
No podría darte muchos otros argumentos. Porque es verdad: podría estar situado en cualquier época. Cualquier club, cualquier grupo de los que nos rodean. Es un tema actual. Pero además, y no menos importante, me parece de una gran economía situarlo en este tiempo. Y la economía de recursos no sólo ayuda al bolsillo; casi siempre colabora con el drama. Como esta obra lo permite, incluso desde el punto de vista musical, me parece que tengo que orientarla hacia la actualidad.
¿Por qué la música permite esa economía?
El bel canto habla de una pureza de la línea vocal y de pocas disonancias. Me imagino elementos muy puros, líneas claras: la imagen de un espejo, no la de una piedra tallada. No podría hacer Caballero de la Rosa con esta austeridad porque ya la línea de canto requiere otros elementos, y yo no puedo obviar la música: no hago teatro, hago ópera.
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