“El gran recurso de un escritor es la gente”

ENTREVISTA A IRVINE WELSH


Internacionalmente conocido por su novela Trainspotting, cuya adaptación cinematográfica dirigida por Danny Boyle tuvo tanto éxito como el libro, el autor es uno de los referentes de la literatura escocesa contemporánea. 20 años después del estreno de Trainspotting se avecina el de su secuela, basada en Porno, otra novela de Welsh. El hombre que describió como pocos el mundo del consumo de drogas, habla aquí sobre su relación con la “vida sana”, sus investigaciones, el cine y el Brexit
 
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Welsh viajó a la Argentina invitado por Filba (Festival Internacional de literatura de Buenos Aires), cuya directora, Gabriela Adamo, lo visualiza hacia el futuro como “un punto de encuentro en torno a los libros y la literatura internacional, alimentando conversaciones públicas y abriendo puertas a todo tipo de autores”. Con tono amable, acento escocés cerrado y sentido del humor respondió estas preguntas.

- Hoy, tu residencia es en Chicago, Estados Unidos. ¿Cómo te sentís en un país donde el énfasis está puesto en la vida sana?

- Personalmente, me ha hecho mucho bien. Los americanos no toman demasiado alcohol. Viví en Irlanda y en Inglaterra antes de mudarme allí, la gente toma mucho en esos sitios. En ciertos sentido hoy en día llevo una vida más saludable de la que jamás había experimentado. (Risas). No te rías, es así. Te estarás preguntando cuál habrá sido mi estilo de vida hasta ahora…

- Bueno, resulta necesario atenuar los hábitos dañinos para mantenerse vivo.

- No puedo subir de peso. Mi esposa es bastante menor que yo, es necesario mantener un aspecto razonable. Son malos modales no hacerlo, al sacarse la ropa no se puede tener cualquier aspecto. Todavía practico boxeo y salgo a correr, mantengo mis rutinas.

- ¿Cómo se desarrollan tus rutinas de escritura?

- Bueno, ahora arruinaste mi respuesta sobre las rutinas. Digamos que tengo una para la escritura también. Me despierto a las seis de la mañana, empiezo a escribir a las siete por dos o tres horas, luego voy al club de boxeo. A la tarde imprimo lo que escribí, voy a un café y lo reviso.

- ¿Realizás investigaciones para escribir tus novelas?

- A medida que uno adquiere más edad empieza a ser necesario. Las primeras novelas, suelen ser mayormente autobiográficas. Para mi libro La vida sexual de las gemelas siamesas (Anagrama, 2015) llevé a cabo una intensa investigación. Por ejemplo, no sabía nada acerca de la comunidad de lesbianas en Miami. Una amiga me condujo por lugares donde van a bailar y tomar tragos. Así que fui a ver a jóvenes lesbianas bailando.

- ¿Y cómo te miraban?

- Claro, yo era ese tipo viejo que andaba por ahí. Se debían preguntar qué hacía ese perverso dando vueltas por una disco de lesbianas. Eran fantásticas, resultaron tan simpáticas. Les comenté cuál era mi propósito, me hice varias amigas. A su vez cuando buscaba información para mi novela Escoria, coseché amigos en la policía. Lo mismo en cuanto a personas que habían sido abusadas sexualmente. La gente es increíblemente generosa, te permiten entrar a sus ambientes. También tuvimos mucha ayuda para la película Trainspotting 2. El gran recurso de un escritor es la gente.

- ¿Cómo te sentís cuando volvés a Edimburgo?

- Digamos que no hay tal cosa como un retorno. Mantengo un departamento en mi ciudad natal, pasamos allí unos tres meses por año. Siempre estoy en agosto para el Festival del libro de Edimburgo, en primavera y durante las fiestas de fin de año. Me guardo dos semanas más para funerales, casamientos y bautismos.

- Entonces no te sentís un exiliado.

- Los escritores siempre somos de alguna forma extranjeros, observamos desde afuera.

- ¿Te parece que se podría hablar de una literatura escocesa?

- Es muy distinta de la inglesa, hay otra tradición. Los escritores ingleses provienen de una clase elevada, educada, de formación universitaria. En cambio, los escoceses provienen de orígenes más humildes. Jenni Fagan es un buen ejemplo dentro de los escritores más jóvenes, ella escribe desde los márgenes.

Brexit y ficción

- Cambiando de tema, ¿cuál es tu opinión acerca del Brexit?

- Es fantástico, creo que es una gran broma. Me parece que el Brexit puede ser una llamada de atención a la burocracia europea que cree que todo se maneja de cierta manera. Por ejemplo, para la gente de clase media y baja no tiene ninguna importancia el tema de que se puede viajar a París sin sacar la visa. Sus sensibilidades han sido ofendidas, están desempleados hace tiempo. Como la izquierda ha fracasado, lamentablemente hoy en día, la oposición viene en la forma de neofascismo. Me preocupa la posibilidad de que haya más guerras. Cuando yo era joven gobernaba Thatcher, a mí ella no me gustaba. Ahora estoy aquí, en la Argentina, la idea de habernos matado entre británicos y argentinos me parece horrorosa.

- En 2014 cuando se votó el plebiscito en Escocia respecto de continuar o no en Gran Bretaña, J.K. Rowling, la autora de la saga Harry Potter, donó 10 millones de libras para la causa de la permanencia en el Reino Unido. ¿Qué opinás sobre esto?

- Bueno, se asemeja al Brexit. Para una cantidad de gente tiene sentido permanecer en Gran Bretaña, por el tema de las universidades o de sus trabajos en empresas y bancos. Sin embargo, para quienes residen en viviendas precarias que les brinda el estado como refugio, carece de sentido. Ha sido un fuerte impacto para gente como ella el tema del Brexit, de que tanta no quisiera permanecer en la Unión Europea. Creo que hay cosas más interesantes para hacer con tanto dinero que donarlo para esa causa.

- Has escrito más de diez novelas, ¿cómo te sentís respecto de este género literario?

- Diría que una novela tiene un 70% de creatividad y un 30% de estructura. Es un género en el cual realmente el autor es el creador de todo el universo que contiene.

- ¿Y los guiones cinematográficos?

- Diría que es al revés: 30% de creatividad y 70% de estructura. El trabajo con el guión no termina hasta que se realiza la última toma de la película, incluso en ese momento se sigue reescribiendo. Se requiere la intervención de varias personas, hay que elaborarlo con el director, con los actores, eso es lo que tiene de maravilloso.

- Hay una frase en una de tus novelas que me pareció interesante: “Mi talento era el de herir a la gente”.

- Está en mi novela Escoria, lo dice un personaje que era un psicópata.

- ¿Te parece que el daño al prójimo se puede definir como un talento?

- Si vas a ser un psicópata, más te vale ser eficiente.

- Me han comentado que esa tendencia a creer que los psicópatas son personas que dañan a los demás y se salen con la suya, no es real. Hay muchos que terminan destruyéndose a sí mismos.

- La mayoría tiene un final desgraciado. Si no tenés ningún control sobre tus impulsos lo más probable es que termines en la cárcel, con graves adicciones o en algún tipo de accidente.

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