"Los padecientes": Un rodaje psicológico
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Cine
Benjamín Vicuña y la China Suárez, la pareja del momento, más
Angela Torres filman la novela del psicoanalista Gabriel Rolón.
Angela Torres filman la novela del psicoanalista Gabriel Rolón.
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En la vereda del Teatro Roma hay una larga fila de público trajeado. Es mediodía del lunes, y en la más antigua de las salas de Avellaneda suena Mendelssohn. Entrecortado suena, porque el centenar de espectadores que puebla las primeras filas de la sala son todos extras. Es el tramo final del rodaje de Los padecientes, la película que dirige Nicolás Tuozzo basado en la novela y el guión de Gabriel Rolón, que anda por allí omnipresente, dándole charla a la China Suárez y a Benjamín Vicuña, protagonistas de su historia (y de otras) que hoy tienen un día disipado, porque le toca poner el cuerpo a Angela Torres, otra padeciente.
Le cuesta a Angela la posición de violinista. Sabemos que canta y actúa, pero acá necesita un doble para afrontar el concierto. Ya nos dirá por qué.
Un ensayo. Y una caricia para la ficción, entre la pareja real.
GABRIEL ROLON: "El psicoanalista es un poco detective"
El que habla ahora es Rolón. Escribió historias íntimas para cada uno de sus personajes. “Con Nicolás (Tuozzo) consensuamos el casting. Había tenido otros ofrecimientos para llevar esta novela al cine, pero no los acepté porque no había lugar para que yo participara”, dice el psicoanalista y escritor. Acá participa. Mucho. Pero comparte créditos con tanto actor famoso y con su amigo director. “Si Benjamín, Eugenia, Angela, Pablito Rago se apoderan de Los padecientes y nadie se acuerda quién lo escribió, no me importa”, dice.
¿Cómo? El personaje de Vicuña, ¿no es tu alter ego?
En la novela lo fue, pero aquí ya lo he cedido. Es él quien se apodera de Pablo Rouviot.
Viniendo de la psicología, asusta la complejidad que puedan tener esos personajes...
Tienen lo suyo. Por eso agradezco la generosidad de los actores. Me reuní con cada uno de ellos y les conté quién era su personaje. Para que entiendan su psicología, lo que pretendo comunicar con sus posturas, sus gestos, sus palabras, y a partir de allí nutrirme yo de ellos, de su propuestas.
Hablás como el director, además, actuás...
Nicolás fue muy generoso.
¿Cómo es ese protagonista detective y piscoanalista a la vez?
El psicoanalista es un poco detective. En vez de un asesinato, busca un contenido inconsciente. Y las pruebas que recopila son los sueños, los actos fallidos, los lapsus estamos todo el tiempo en un trabajo detectivesco.
Violinista. El personaje de Angela Torres tiene 13 años. Ella, 18...
Violinista. El personaje de Angela Torres tiene 13 años. Ella, 18...
ANGELA TORRES: "Es mágico jugar a ser otra cosa"
Angela Torres deja de lidiar con su violín y sube a los balcones del Roma, donde alguna vez actuó su abuela (Lolita). “Yo soy Camila, violinista, una niña con una realidad oscura, curtida, cuyo escape es la música. Tengo 13 años, pero viví mucho ya”, cuenta Angela asumiendo el personaje (en su vida real tiene 18 y acaba de mudarse sola). Cuenta que sigue en ShowMatch, y que su disco solista saldrá en 2017, pero que va a presentarlo el 23 de octubre, en el Personal Fest. Y vuelve a la ficción. Allí, antes de que su madre muriera, ella le había prometido que iba a tocar el concierto de Mendelssohn. Y aquí está, cumpliendo.
Actuás y cantás, ¿también como vía de escape?
Quizás, en algún punto. Aunque tenga una vida linda, es mágico jugar a ser otra cosa.
¿Sos otra en el escenario?
Estoy expuesta, sensibilizada frente a todo en esta profesión. Y lo hago desde que soy muy chiquita, sigo siendo chiquita, pero en el escenario siempre nacen otras cosas.
Fuiste Gilda de chiquita...
(interrumpe) Qué bueno poder decir: fui Gilda...
Quería decir que en general te toca hacer personajes con una edad menor a la tuya...
Porque mido 1,20 (ríe). Creo que me hubiera gustado hacer este personaje con 13 años, tendría otra inocencia.
¿Te sentís inmadura?
No, porque me preparé. Investigué. Pero soy muy fan de los niños actores, de las comedias musicales, con ellos todo cobra otra magia, una inocencia que vamos perdiendo con el tiempo.
Vicuña protagoniza a un psicoanalista con funciones de detective.
Vicuña protagoniza a un psicoanalista con funciones de detective.
BENJAMIN VICUÑA: "Mi escena de sexo la protagonizo yo"
Trajeado para la gala, Vicuña también sube a los palcos del teatro. Hace de Pablo Rouviot, psicoanalista, escritor cuarentón, hastiado de su carrera, separado de su mujer. “Está en una meseta de la vida, pero le cae un caso que lo conmueve, que le devuelve el amor por su vocación. Y despierta el detective”, celebra el actor chileno, que vuelve a tener un rol a la altura de su mejores protagónicos, como en La memoria del agua. “Rouviot es un poco el personaje que soñamos interpretar. Una especie de héroe que habla de ética profesional, que busca la verdad. Me llega en un gran momento”, dice, y destaca los elementos de esta historia que lo conquistó. “Con un lenguaje cautivante instala los tópicos del psicoanálisis, son temas que en la Argentina están al alcance de la mano”, dice.
¿Psicoanálisis para un cine popular?
Es popular. Aunque plantea grandes términos, que pueden sonar sofisticados o pretenciosos, la idea es entretener. Y cumplir con esa trama de thriller, claro.
¿Es cierto que Eugenia y vos fueron convocados antes de "El hilo rojo"?
Nos llegó por vías diferentes, sí. Hay mucho azar, pero también lo tomamos como una señal.
La exposición de tu relación con Eugenia pone a esta película en otra vidriera, ¿sufrís esa percepción de ustedes como celebrities?
Trato de no tomar en cuenta las percepciones. Ese yo de los otros te marea, te confunde. Me gusta contar historias, no mi historia. Me gusta ser actor, intérprete, ponerme en el lugar de otro. Lo otro, mirando ya para atrás, asumo que fue un momento complejo, pero circunstancial.
¿Es compatible tu timidez con ese ego que necesita todo actor?
Cualquiera que me conozca de chico sabe que sufría una timidez terrible. El teatro fue terapéutico, encontré un lugar, una voz, y quizás un personaje. Todos sabemos lo difícil que es vivir, estar, habitar. Es verdad que existe una paradoja allí.
El coraje de los tímidos...
O la venganza de los tímidos...
¿Es cierto que pediste excluirte de las escenas de sexo en esta película?
Se generan mitos. Hay una escena, que no es principal, donde mi personaje tiene sexo. Nunca hablamos de sacarla. Es muy curioso cómo pudo decirse algo así.
Una desmentida elegante...
Sí, mi escena de sexo la protagonizo yo.
Tus experiencias de vida, el dolor, los escándalos, ¿se transforman en creación?
Es muy lindo entender la creación como un gesto de abrazar la vida, de querer construir. Nunca perdí de vista el trabajo, por eso le doy un lugar tan digno, sobre todo el cine, que para mí imprime un pedacito de verdad. En mis 24 películas reconozco un pedacito de mí. Como decían los mapuches, para que no los fotografiaran, “te imprimen el alma”.
La China Suárez. El suyo es un personaje sufrido. La actriz dice que "Lo que más me gusta es el drama. Pero ahora le pedí a mi representante que me busque una comedia".
La China Suárez. El suyo es un personaje sufrido. La actriz dice que "Lo que más me gusta es el drama. Pero ahora le pedí a mi representante que me busque una comedia".
EUGENIA SUAREZ: "Soy celosa, pero no obsesiva"
Suárez se llama Paula Vanussi en la ficción. Una mujer oscura, con una coraza muy fuerte. Se hace cargo de sus dos hermanos, toma el lugar de la madre que murió hace mucho en ese hogar. El papá abusa de ella. Y va juntando bronca. “Es un personaje sufrido, super lindo. Va al consultorio de Pablo a pedirle ayuda, para que salve a su hermano y lo declare inimputable (por el asesinato del padre). Pero la historia va dando vueltas, y todos se vuelven sospechosos”, define la actriz.
¿Otro personaje oscuro para vos?
Todos oscuros. Lo que más me gusta es el drama. Pero ahora le pedí a mi representante que me busque una comedia.
¿Rolón fue tu analista y ahora guionista también?
De chica no quería ir al psicólogo. Pero escuchaba a Rolón en la tele y me gustaba su lenguaje. Le dije a mi mamá que si algún día hacía terapia tenía que ser con él. Me hizo un lugar. Y un día me pidió que protagonizara su película.
Fue antes de "El hilo rojo"...
Si hubiera sido después te lo diría. Es loco que nos llamaran a las dos películas. Queremos trabajar juntos, sea el vínculo que sea, para compartir tiempo, pasarla juntos.
Otra vez hacés escenas fuertes...
Tengo una escena de abuso que es terrible. Pero no tiene nada de erótica. Es aberrante.
También es un rol maternal, más maduro que en "Abzurdah" y "El hilo rojo".
Parece que soy chica, tengo 24 años, pero viví un montón de cosas que chicas de mi edad no. Soy madre, y eso era importante para esta película. Soy bastante maternal. No tiene que ver con la edad, sino con la personalidad de esta mina que se hace cargo y pone el cuerpo para defender a sus hermanos.
Con tu actuación en "Abzurdah", rompiste muchos prejuicios, ¿sos consciente de eso?
Lo acepto y lo entiendo. Es lógico. Lo tengo internalizado al prejuicio, y no tengo la necesidad de demostrarle al mundo quién soy, lo haré con las cosas que vaya eligiendo. Siempre me pregunté por qué me eligieron a mí para Abzurdah. Daniela (Goggi) para mí fue fundamental, sin ella no podría haber hecho nada.
Te acusaron de celosa por impedirle una escena de sexo a Benjamín, que finalmente hizo...
Trato de no escuchar ese ruido. Pero es mi trabajo, soy actriz y no me resbala, es parte de la historia.
¿Celosa sí o no entonces?
Soy celosa, pero no obsesiva.
Estuviste en el rodaje de esa escena...
Ni me citaron. Prefiero no verlo.
¿No haces más televisión?
Me encanta, pero quiero estar con mi hija. No lo veo compatible. Acá es un mes y medio, y si las escenas lo permiten, la traigo. Y con el padre (Cabré) me arreglo muy bien.
¿Cuánto tenés que ver con el éxito taquillero de tus películas?
Eso vale para Darín, Francella, no sé... Yo tuve suerte. No soy ambiciosa, ni con la plata ni con la fama, hago las películas que me fascinan, no trabajo por trabajar.
Terapia de grupo
“Abusamos de su contención”, dice Vicuña sobre la relación que tejieron con Gabriel Rolón. Habla, por supuesto, de la vida interna de la película, pero también de la convivencia en el set. “Los actores tienen una vida, se cumplen fechas. Jamás pregunto cómo andamos con la letra. Trato de ver si puedo aportar ese capital que es el de saber escuchar y contener, si alguno lo necesita”, dice Rolón. Y parece que habrá más sesiones, porque ya escribe la secuela de Los padecientes
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