El payaso que hizo reír al mundo


Entrevista: Toto Castiñeiras
Tras 12 años de giras internacionales con el Cirque du Soleil, el marplatense volvió a la Argentina: dirige dos obras y actúa en el Regio. El mes que viene vuelve al Soleil. 

“De tantos viajes se aprende a ser despojado, a ir y venir con lo mínimo. Te despedís y dejás lugares permanentemente. Así uno se vuelve liviano”. Después de 12 años girando por el mundo como clown del Cirque du Soleil, Toto Castiñeiras frenó la rueda y volvió a Buenos Aires. Pero la inercia lo empujó hacia adelante. Y, claramente, a pesar de sus intenciones, no puede parar.
 “Enseguida, casi sin darme cuenta, empecé a dirigir una versión corta de Las del Barranco, después, ya que estaba, preparé un espectáculo que había escrito hace tiempo, Gurisa; y como supieron que me iba a quedar un tiempo por acá me llamaron para actuar en Otelo”. Otra vez inmerso en la velocidad, Castiñeiras está listo para un nuevo viaje.En noviembre comenzará a ensayar con el Cirque du Soleil, estará en Soda Stereo-Séptimo día.
“Acepté que en el movimiento es donde mejor me concentro para realizar espectáculos propios. Puedo ensayar, escribir, dibujar mejor durante los viajes. En la distancia aprendés también a comprenderte mejor.” En esa dinámica, asumió que el único trazo posible es el que deja sus propios pasos. Y a eso lo convirtió en una forma concreta y muy definida de trabajo.
Ahora Castiñeiras camina por una casa devenida teatro en el límite entre Barracas y La Boca: Querida Elena, un espacio para artes escénicas que es el mejor secreto de la escena porteña. Repleto de esculturas y objetos, realizados por su fundador, Eduardo Spíndola, Querida Elena parece el lugar ideal para la propuesta que dirige Castiñeiras en base al texto de Gregorio de Laferrere. Aquí, también con el guiño itinerante, puso a punto su versión de Las del Barranco. “Este proyecto empezó como una obra breve de veinte minutos y ahora la extendimos a cincuenta. La queremos hacer por distintas casas de la ciudad”. Más cerca de una instalación escénica con humor y actuaciones estalladas que de una puesta tradicional del clásico rioplatense, el director convocó a tres actrices con quienes quería trabajar hace tiempo. El resultado es intenso.
Las del Barranco. En Querida Elena, los sábados a las 19.
Las del Barranco. En Querida Elena, los sábados a las 19.
El origen de uno de los payasos más importantes del país está en Mar del Plata, un lugar, dice, “terrible para la actuación.” En su infancia, Castiñeiras consumió lo que pudo del teatro golondrina que llegaba durante las temporadas de verano y apenas pudo, partió. A comienzos de los ‘90 iba y venía de Buenos Aires trabajando como actor en distintas obras. Tomó clases con Tony Lestingi y Cristina Moreira, maestra de clowns, con quien entrenó, entre otros, Batato Barea.
En esos años Toto fue preparando sus obras hasta que lo reclutaron del Cirque du Soleil. “El circo me dio el oficio de estar vivo en la repetición y de ser preciso en el manejo de la energía para cuatro u ocho mil personas. El clown dentro del circo es el único que tiene una estructura dramática. El acróbata, por ejemplo, está atento a su salto mortal, pero no es un personaje; es una habilidad en sí mismo. El clown, en cambio, entra a contar una historia condensada; trabaja con clásicos como Romeo y Julieta y los condensa en tres minutos. Yo me volví un poco fanático de esas formas y lo aplico a casi todo lo que hago”.
Lo cierto es que habitualmente el actor encargado del payaso no es un tipo simpático que afuera del escenario anda haciendo sociales ni genera instancias colectivas o de grupo. De la soledad y el aislamiento hace su credo. “Soy solitario y las giras con el Cirque du Soleil fueron mi vida. Cuando viajás 12 años seguidos, tu cotidiano es girar. La anécdota y el turismo se agotan pronto. Además, no entrenás ni te preparás como el resto. Llegás una hora antes de la función y salís porque te sirve estar mucho en el aquí y el ahora; eso te obliga a estar siempre alerta durante ese tiempo. Pero afuera del escenario creás tus momentos de intimidad. Hay acróbatas que llevaron su vida en el circo y cuando llegan a los treinta o cuarenta años se preguntan ‘Y ahora que no puede más mi cuerpo, ¿qué hago?’. Es gente que se pone a buscar una vocación, a estudiar otras cosas a esa altura, cuando se les acerca el final y todo se les vuelve extraño. Hay acróbatas que incluso armaron sus familias en las giras y no les funciona irse. Es muy interesante todo ese mundo que vive debajo de la dinámica de un circo”.
Castiñeiras es duro, incluso, con su propios colegas payasos. Alguna vez, en su Mar del Plata natal, pensó en “tomar las calles con el teatro y ensayar en la playa. Pero eso se fue. Creo que la calle tiene una violencia enorme como para salir a trabajar. De hecho los payasos en la calle son bastantes violentos. No es fácil bancar ese espacio donde la gente siempre está de paso y se quiere rajar. (Mauricio) Kartun decía que el público entra al teatro para poder ir a comer después. Y coincido. Finalmente el teatro siempre es bueno para el actor, pero para el espectador muchas veces es un martirio. Y el payaso se tiene que ganar al público en sus primeros segundos en escena. En Buenos Aires hay mucho payaso malo, feo. Yo sentí las consecuencias de eso en la pista cuando al salir escuchaba ‘Uff, ahí viene otra vez un payaso a joder…’ .La presentación del payaso es como el amor, tiene que generar una empatía y una conexión en los primeros segundos aunque sea violenta: si me odian yo los odio. O si los amo, me aman. Si ese diálogo no se produce salir a escena es como trepar el Aconcagua sin soga”.  --

CASTIÑEIRAS, UN COMBO DE TRES POR UNO

“Gurisa” (Viernes a las 23; sábados a las 21, en el Portón de Sánchez, S. de Bustamante 1034) Escrita y dirigida por Castiñeiras, quien define este trabajo como “La parodia de un romance gauchesco recitado y actuado por seis actores que se encargan de los personajes masculinos y femeninos. La puesta tiene un gran impacto visual, donde los cuerpos se van iluminando mediante lamparas portátiles, y el sonido es interpretado en vivo. Los personajes de Gurisa son muchachas del 1800, perdidas en la inmensidad pampeana”.
"Las del Barranco", una puesta de alto impacto visual.
"Las del Barranco", una puesta de alto impacto visual.
“Las del Barranco” (Sábados a las 19, en Querida Elena, Pi y Margall 1124). Aquí se encargó de la versión y dirección del texto de Gregorio de Laferrere. Dice Castiñeiras: “Su contenido es grotesco, ágil, tenso, amoroso, fino e insolente, político pero esotérico, argentino, universal, lleno de sorpresas, lleno de audacia. Esas mujeres del título son inmortales por puro mérito de un autor tan atrevido como Gregorio de Laferrere. El desafío y el riesgo de comprimir semejante obra con tres actrices en una habitación dio como resultado un trabajo expresivo exacerbado en un marco espacial acotado”.
OTELO. En el centro, Castiñeiras. Tiene a su cargo las partes de humor de la versión del clásico que se presenta en el Regio.
OTELO. En el centro, Castiñeiras. Tiene a su cargo las partes de humor de la versión del clásico que se presenta en el Regio.


LA VUELTA AL SOLEIL DE LA MANO DE SODA STEREO
Soda Stereo-Séptimo día es el espectáculo que prepara el Cirque du Soleil actualmente en su sede canadiense. Se estrenará en marzo del año próximo en Buenos Aires. Allí, Toto Castiñeiras regresará a la compañía. Se sumará en noviembre y tendrá a cargo aportar diferentes rutinas de humor en el show.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jorge Rojas fue papá: "la familia feliz y agradecida por este milagro de la vida"