Ronnie Arias celebra la muerte y tiene sus motivos
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Honrar y recordar.
En el día del primer aniversario de la muerte de su papá, el conductor de La 100 se juntó con su familia en un bar. "Festejamos entre todos", explica. Y detalla sus razones. ¡ESCUCHALO EN EL VIDEO!
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Una tarde cualquiera de un día cualquiera. Llueve. Hace frío. Son las cinco en Buenos Aires y en los auriculares se lo escucha a Ronnie Arias. Está cerrando Sarasa, su programa en La 100. Y entonces, mientras se despide, suelta un mensaje particular, por lo menos extraño. O no, quién sabe. "Me tengo que ir rapidito porque hoy me encuentro con toda mi familia, con mis hermanas, con mi mamá, mis sobrinos.Hoy hace un año que se murió, se fue, partió, mi papá. Si bien es un día de profunda tristeza, también de profunda alegría.Nos vamos a reencontrar todos y, como me gusta decir a mí, vamos a celebrar que él fue parte de nuestra vida. Va a sonar horrible lo que voy a decir, pero cuando uno tiene la suerte de haber perdido a alguien muy amado y haberse podido despedir, es maravilloso recordarlo a cada momento y saber lo bueno que uno vivió con él", explica desde la emisora. Ahora, unas horas más tarde, está del otro del teléfono. Y dispuesto a dialogar con Clarín.
-No sonó horrible. Sonó hermoso. Pero explicá un poquito más, Ronnie. ¿De qué se trata? ¿Celebrás la muerte?
-Todo empieza cuando yo era más chico y mi abuela Alicia me abrió los ojos al mundo. Si bien tuve una infancia súper artística y mi madre me movía el cerebro para que sea lo más creativo posible, mi abuela Alicia trabajaba limpiando casas y trabajaba en una casa de una pareja gay. Te hablo de la década del '70. Ella fue la que me dijo que se podía ser homosexual y ser buena persona. Cuando se murió, lo que significó el hecho del velorio, 24 horas alrededor de un cajón, para mí fue siniestro. Yo no quería despedir a mi abuela, la persona más importante en mi desarrollo intelectual, de esa manera.
Cuando uno tiene la suerte de haber perdido a alguien muy amado y haberse podido despedir, es maravilloso recordarlo a cada momento".
-¿Entonces?
-Decidí que cuando yo pudiera elegir sobre la vida de mis padres, iba a despedirlos con el mismo amor con que los había conocido en la vida. Me parece que uno no tiene que despedirse de las personas rasgándose las vestiduras, sino celebrando que esa persona estuvo en su vida. Entonces cuando falleció mi viejo hicimos eso. Mi papá estuvo el año pasado muy enfermo de cáncer. Lo hablé con mis hermanas y mi mamá, y a todo el mundo le pareció que estaba bien. Fui a mi casa, junté comida, mi hermana Sandra fue a comprar bebida, gaseosa, champagne... Y nos juntamos todos con mi viejo a acompañarlo esa noche.
¿La última noche?
Sí. Y ayer, cuando se cumplió un año de la muerte, yo le escribí a mi vieja y le dije: "¿Por qué no hacemos lo mismo, por qué no festejamos que fue parte de nuestra vida?". Porque él ni siquiera fue mi viejo, él la conoció a mi vieja cuando yo tenía 7 años. Era mi padre adoptivo, digamos. Él nos eligió y nosotros a él. ¿Qué mejor que festejar que esa persona estuvo en nuestras vidas?
Nos juntamos en un bar. Comimos, tomamos café con leche, contamos anécdotas, hablamos de él".
¿Y cómo estuvo el festejo?
Nos juntamos en un bar. Comimos, tomamos café con leche, contamos anécdotas, hablamos de él. Y festejamos que fue parte de nuestra vida, sin dolor sin nada. Te voy a leer el mensaje que me mandó mi vieja: "Hola Ronnito, gracias por hacerme pasar un día tan lindo. Todos unidos, que es lo que me da felicidad. Es la mejor manera de homenajear a César. Lo que a él le gustaba. Te quiero". Es muy fuerte. Tuvimos mucha suerte de haberlo tenido. La gente no festeja la muerte de las personas, pero la gente lo que no sabe es que uno tiene que estar agradecido de que tuvo a esa persona.
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