Filmar en Tucumán, un desafío entre estructuras y obstáculos

ESCUELA DE CINE


Un grupo de cineastas y actores tucumanos se las ingenió para recibir ayuda financiera.
 
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“ESCENA 3, PLANO 3A, TOMA 1”. En el salón de la Fotia comenzó a rodarse ayer “La ausencia de Juana”. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO.-
La historia está centrada en 1975. Juana, interpretada por Sonia Andrada, es maestra rural. Luego de una asamblea docente vuelve a su casa y termina siendo secuestrada por personas vinculadas al “Operativo Independencia”. Su madre, llamada Rut y protagonizada por Teresita Terraf, emprende una búsqueda por distintos lugares, en una situación compleja en la que se produce un fenómeno ambiental muy extraño, que incluye un eclipse de sol. El eclipse no se va, parece eterno y progresivamente empiezan a aparecer otros factores ambientales que enrarecen el contexto de la historia. En pleno noviembre empiezan caerse las hojas de los árboles, sopla mucho viento y el clima es muy inestable. Los personajes viven una noche permanente. Nunca se hace de día...

El guionista y director de cine Pedro Ponce Uda resumió así el cortometraje que comenzó a filmar en Tucumán bajo el título “La ausencia de Juana”. Se trata de un equipo ambicioso con más de 40 técnicos y apasionados de la cinematografía. Algunos son estudiantes de la escuela de Cine de Tucumán; otros llegaron desde afuera atraídos por el proyecto de filmar esta historia.

“Todos trabajan ad honorem”, aclara Ponce Uda, mientras señala a un grupo de actores que se maquilla en un extremo de la sala de grabación. La locación elegida para la escena es el salón de la Fotia (sindicato de trabajadores de la industria azucarera), en Congreso y General Paz. Un retrato de Eva Duarte de Perón en blanco y negro, colgado en la pared, servirá de fondo a la escena en la que se recrea una asamblea docente.

En la grabación de esa escena, Juana participará en el debate, en las horas previas a sufrir el secuestro. Detrás de cámara, Martín Falci, productor ejecutivo, sonreía satisfecho al recordar las peripecias que debió sortear para poder empezar la grabación. “Conseguimos locaciones que son clave para la historia como este salón de Fotia, una oficina de Tribunales, la escuela Sarmiento, otras en Tafí Viejo”, enumera.

Bono especial

Filmar un cortometraje implica un gran esfuerzo. Para recaudar fondos, el grupo abrió un bono de $ 150 que se puede comprar a cambio de asistir a la Avant Premiere que se hará en marzo de 2017 en el cine Atlas.

“Para lograr financiamiento hemos abierto una cuenta bancaria, donde irá la ayuda de los bonos; también tenemos apoyo del cine móvil y esperamos que nos ayuden otras instituciones”, explica Falci.

Advierte que debieron armar su propia estructura para concretar el proyecto. “Esperamos mostrar el cortometraje en 15 o 20 festivales de cine -resalta Falci-, lo que dará una visibilidad enorme a los entes y las empresas que nos colaboren”.

Ponce Uda insiste en que la industria cinematográfica genera trabajo y es un bien cultural. “Estamos generando un capital cultural y la sociedad debe tomar conciencia de eso”, remarca.

Respecto del guión, el director admitió que el borrador tuvo 21 versiones hasta llegar a la que comenzó a grabarse. “Hay cosas que no se resuelven en el papel, sino en escena”, dijo, para dejar en claro que está dispuesto a seguir con las modificaciones necesarias en el guión. Hoy grabarán en la escuela Sarmiento con la participación de extras.

“Hay que apostar al cine -dijo Ponce Uda-; invito a que vengan a filmar en Tucumán, porque tiene arquitectura urbana y paisajes que se prestan para hacer un trabajo de calidad”, convocó.

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