La columna de Pettinato


Nada es sagrado
No amamos el deporte. Menos el gym. Amamos la ropa y las marcas.

¡Tendríamos que haber aprendido del hombre de Neanderthal cuando corría detrás de animales, plantas, comida, mujeres, o territorios! El nos dejó la lección: de nada te servirá intentar encontrar un gym que cubra tus necesidades. Tu cuerpo será cuadrado. Y así vivirá y así será enterrado dentro de un cajón, que como bien sabemos no tiene forma ni silueta. ¡Es tal cual sos! Cuadrado y, con algo de suerte, oval.
¿Cómo es que nació una industria del gym? ¿Cómo es que llegamos a decir “aquí faltan algunas máquinas”? ¿O bien “no me gusta este personal trainer”, o protestar si un día se tomó franco?
¿De hecho, por qué las mujeres que van al Club de fitness Blabla tienen ya un cuerpo que no necesita más que ser desvestido con amor y pasión? A veces pienso que van para reírse de mis calzas y de toda la ropa ajustada que me compré para sostener lo que se cae.
“Quiero esa remera”. “Sí -me dice el técnico en remeras deportivas- “Tiene que quedar ajustadísima, porque es para comprimir el cuerpo”. ¡Ah! ¿Por qué no cancelo mi suscripción y la uso a diario? Luciría un cuerpo perfecto y torneado. Y digamos que a menos que hagamos el amor muchas veces al día, verás un cuerpo tallado por Zeus 18 de 24 horas.
¡Pero no! Queremos todo lo necesario y hasta zapatillas que te digan cuántas arterias hay, a qué velocidad corrés y cuánto te falta para la meta. ¡Sumado a un elástico que recorre en redondo tu pecho, y que te indica la presión, más un reloj que te toma el pulso y te anuncia si tu corazón está por volar por el aire como un calefón!
No amamos el deporte. Menos el gym. Amamos la ropa y las marcas. Quiero vestirme en forma deportiva, pero no hacer nada. Quiero una máquina que tenga todo y todo es que incluya un cenicero pegado a una mancuerna. No quiero enfrentarme a esos hierros retorcidos que apenas entiendo, incluso mirando el dibujo de los músculos que me hará trabajar. Es más fácil meterse en un Smart con toda tu familia que ubicarte correctamente en una máquina que valga tamaña cuota mensual.
¡Pero tampoco quiero eso! Y menos estar al lado de un hombre del que no se puede diferenciar el tamaño de su cuello con el de su cabeza. Y a veces me sucede que veo gente en tan buen estado, que me tomo el día libre. ¿Por qué? Porque jamás podré competir. Y de eso se trata el gym. De competir en ropa y colores flúo.
¿Por qué hacemos ejercicios hasta que nos casamos? Si no fuera por la distancia entre la tele y la heladera, apenas si caminaríamos… A veces pienso que hacer ejercicios es como limpiar el inodoro. Obvio que hay que hacerlo cada tanto, pero me encantaría que otro lo haga por mí. Es lo que la mitad de los norteamericanos se están preguntando con Trump: “¡Un momento, no saque todos los inmigrantes! ¡Alguien tiene que servirnos y llenarnos el tanque con nafta!”.
Pero hay algo que amo. Y es inscribirme y llenar cientos de formularios que nadie leerá.
“¿Tiene hipertensión?”. Sí.
“¿Dos corazones?”. Sí.
“Puede hacer ejercicios?”. No.
“¿Tiene enfermedades?”. Sí, todas.
Así fue como llené el ultimo papel. ¡Obvio que nadie lo miró y al día siguiente me pidieron una selfie y me dieron una llave que abría todas las maquinas del infierno para convertirme en un ser de 2,40 metros!
El gym nació para ser abandonado. Y él lo sabe. ¿Por qué vamos? Porque si mirás atentamente, a dos meses del verano todos tienen el cuerpo que nos dijo el hombre de Neanderthal.
¿Hay gente linda en las playas? No.
¿Gente perfecta? No.
¿Mujeres y/o hombres de cuerpos envidiables? No.
¡Todos estamos más cerca del tejo que de la pelota paleta! Y la mayoría apenas si lucimos bien saliendo o entrando del mar, a diferencia de las mujeres que haga frío o calor las partes de su cuerpo se mantienen en la misma medida.
Un día fui a un gym y leí: “Consulte a su médico antes de hacer estos ejercicios”.
Bueno, sospecho que mi doctor tiene pacientes con problemas más graves que el mío. ¿Quién llama al médico para decirle: “Disculpe, pero es urgente: ¿cinta o escalador?”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jorge Rojas fue papá: "la familia feliz y agradecida por este milagro de la vida"