Llega la Fiesta del cine, para que la gente vaya de una vez al cine

Ojos bien abiertos

El domingo 13 las entradas costarán $35 para todas las películas. La baja afluencia a las salas empezaba a inquietar.

¿Vamos al cine? A un precio. en promedio, cuatro veces más barato, se podrán ver, por ejemplo, la nueva de Tom Cruise y todos los estrenos del jueves que viene.

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• Pablo O. Scholz

Que la entrada está cara. Que no hay propuestas que interesen. Que no vamos a encerrarnos en un cine con lo lindo que está el día. Las razones por las que la gente va menos al cine en la Argentina son variadas, pero el hecho concreto es que cada fin de semana baja la afluencia de público.

Y lo que antes cosechaba un tanque de Hollywood en sus primeros cuatro días, ahora todas esas entradas sólo las juntan todas las películas en cartel.

Como un paliativo, un intento de revertir la tendencia, el INCAA y muchos complejos de salas harán el domingo 13 la Fiesta del cine: las entradas costarán $35 para todas las funciones de todas las salas, sean 2D o 3D, y para todas las películas, sean o no estrenos, amén de que se reestrenarán algunos títulos del año, como Me casé con un boludo, Batman vs. Superman y La Era de hielo 5, por si se las perdió alguien.

Una explicación: las cinco películas más vistas de 2015 llevaron 15.700.000 espectadores. Las 5 más vistas de 2016, 11.638.000. Es que este año no hubo -no hay- un filme que acapare la atención, que se convierta en la película que hay que ver, como fueron Minions yRelatos salvajes en años anteriores. Que llevara y sumara gente que, de otra manera, no se acerca a los cines.

 

Con entradas a $35 para todas las películas, se espera que el domingo 13 las salas se llenen.

En octubre fueron al cine 2.748.203 espectadores, mientras que en octubre del año pasado se cortaron 2.929.304 entradas. ¿Otro año atrás? 3.050.675. En lo que va de 2016, hasta el jueves, se vendieron 44.711.207 tickets. Si en todo 2015 la cifra llegó a 50.303.671, difícil que se alcance ese récord.

Pero, ¿importa?

La gente no tiene plata para otros insumos, pero al cine sigue, o seguía, yendo igual. El valor promedio de una entrada de cine (140 pesos) resulta más barata que la de la popular en la cancha ($200 en un partido de Primera), y ni qué hablar de una platea en teatro. Pero esos 140 pesos son mentirosos, porque con el sistema de 2 x 1 tan difundido, el precio promedio por butaca ocupada es de 70 pesos.

A ver, ¿cuánta gente saca de su bolsillo 300 pesos para comprar dos entradas, y no utiliza la promoción del banco, de 365, Club La Nación o de la factura del gas?

Si hasta hay cadenas que al sacar entradas, otorgan un ticket para un próximo 2x 1 (obvio que el domingo 13, no habrá 2x1 que valga).

 

Fomentarlo con una reducción del precio de la entrada es sabio. Pero creer que si el domingo 13 todo es un éxito las localidades vayan a bajar el costo, parece una utopía.

El negocio del cine fue mutando con el correr de los últimos años. El púbico mayoritario sigue siendo el adolescente, ahora con un incremento de los millennials. Pero las cadenas prefieren dar más pantallas a los filmes destinados al público infantil. ¿Por qué?

Sencillo. Los chicos compran más pochoclos que los adultos. El negocio de las cadenas no es tanto el cobro del precio de la entrada sino lo que el público consume en el Candy bar. El costo de producción de pochoclo es bajísimo, y el rendimiento, alto.

Recordemos que el precio de la entrada se divide así: un 10% va al INCAA para fomentar la producción nacional, y el otro 90% se lo reparten los dueños de los cines y los distribuidores de las películas. No siempre es 50 y 50, ya que cuando corren las semanas la gente elige menos las películas que ya están en cartel, salvo excepciones, y se negocia el porcentaje, por lo general, a favor de la cadena. Si querés seguir en mis pantallas, más porcentaje para mí. Si no, programo un estreno.

Es la ley de la oferta y la demanda.

Pero volviendo a la Fiesta del cine, la idea que se promueve desde el Instituto de Cine es reanimar el hábito de ir a las salas. Fomentarlo con una reducción del precio de la entrada es sabio. Pero creer que si el domingo 13 todo es un éxito las localidades vayan a bajar el costo, parece una utopía.

¿Habrá, luego, días más baratos, pero con precios realmente más baratos?

Una vez más, el público tiene la palabra.